𝘀𝗹𝗲𝗲𝗽𝗼𝘃𝗲𝗿 ━ pijamada
Jungkook había sido invitada a una pijamada de su mejor amiga, persona a quien le tenía sentimientos más allá de su amistad. Se había enamorado de su mejor amiga. Al no poder ocultarlo más, decidió que se lo diría ese d...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¿Me estás escuchando, Kook?— preguntó Jimin mientras masticaba su sándwich, observándome.
—Sí sí, tú sigue— seguí comiendo mientras volteaba a verla sus lindos ojos. Me había distraído con el grato recuerdo del inicio de nuestra amistad.
Al conocernos, no estábamos en los mismos colegios pero entrando secundaria, entramos al mismo colegio y hasta la fecha seguimos juntas.
—Mis papás no estarán hoy porque se irán de viaje porque según ellos será como una luna de miel, regresarán en una semana. Quédate a dormir en mi casa hasta entonces— invitó mientras seguía comiendo, sonriendo de manera cerrada sin poder evitarlo por su explosiva alegria.
—¿Toda la semana?— pregunté mientras volteaba a ver cómo su cabello ahora rubio desde hace unos años, se movía con el viento.
—Sí. Así podemos arreglarnos juntas, cocinar juntas, jugar juntas y desayunar juntar y eso, será más divertido porque pasaremos más tiempo juntas— se veía emocionada aunque ya hubiésemos tenido un millón de pijamadas juntas, pero no una que durara una semana entera, máximo tres días.
—Bueno, entonces le pediré permiso a mamá— dije, comiendo mi último bocado de mi arroz.
—¿Con 18 años y aún pidiendo permiso a tu mamá?— se burló un poco.
—Es que si no lo hago, me regañara y dice que ya me creo muy independiente y blah blah blah.
—Bueno, de todas maneras ya le había pedido permiso a tu mamá— se encogió de hombros y tomó de su jugo con su sonrisa en cara.
—Entonces ya no tengo por qué pedir permiso.
Ella asintió y su atención se desvió de mí hacia la persona que venía hacia nosotras, o más bien, hacia ella. Su castrante novio, Taemin.
Rodeé los ojos de manera involuntaria, con la sangre hervida en celos en cuanto este tipo se abalanzó para besarla, siendo correspondido pero luego separado de ella.
—¿Vendrás a mi casa hoy, nena?— preguntó él, con un tono coqueto, viéndola a los ojos y ella negó, mientras yo solo los observaba, siendo espectadora una vez más de lo mucho que me desagradaba este sujeto.
—No— respondió de manera simple y comió otra uva.
—¿No? ¿Por qué no? ¿Otra vez saldrás con esta?— me señaló, disgustado y molesto.
—Ey, ya te he dicho que no es "esta". Se llama Jungkook— volteó a verlo, haciendo un puchero.
Jimin en todas sus expresiones era puchero.
—Y yo ya te había dicho que no me gusta que me cambies por ella. Soy tu novio, Jimin. Quiero que pases más tiempo conmigo.
—Y lo hago, solo que esta semana la dedicaré a estar completamente con mi mejor amiga.
Yo solo veía al cagante sujeto con una mirada de odio mientras comía cada vez menos. Verlo a él, recordarlo, saber de su existencia y que Jimin es hetero y que nunca me daría una oportunidad me quitaba el apetito, así que dejé la comida de lado, suspirando.
—Jimin, no puede ser... Ya habíamos hablado de esto...— se separó un poco más de ella.
—Exacto, debes de entender que no solo eres tú y que tengo vida social, no estaré contigo todos los días para siempre.
Taemin suspiró de manera pesada y se levantó del asiento, pero la pequeña mano de Jimin lo detuvo.
—Pero no te enojes, por favor, amor.
El tipo volteó a verme como si yo hubiese sido la causante de la toma de decisiones de mi rubia y como si quisiera matarme en ese mismo lugar. Marchándose así para adentrárse al colegio metiendo sus manos en sus bolsillos y su molestia.
—No le hagas caso, Kook.
—No me agrada.
—Lo sé.
Me le quedé viendo a sus chiquitos ojitos en silencio, callándome las palabras que ella ya sabía que soltaría en un trago en seco, para después desviar la mirada a otro lado mientras comenzaba a guardar lo que restaba de mi almuerzo, poniéndome nerviosa su mirada.
—¿No terminarás tu comida, Jungkookie?— ladeó su cabeza mientras tomaba sus manos entre sí sobre la mesa, sonriéndome.
—No. Tu novio me quitó el apetito— respondí un poco seca sin querer.
—Aigoo~ Yo haré que lo recuperes, entonces— dijo en lo que se levantaba de su asiento y se dirigió al mío, dejando así de estar frente a frente para estar a lado de una.
Se sentó sobre el asiento largo, poniendo sus piernas entre este y tomó mis cosas para sacarlas de nuevo, comenzando a darme de comer con mis propios utensilios. Yo accedí en silencio, admirándola una vez más mientras me sonreía y hacia gestos que me sacaban pequeñas sonrisas.
Recibir este tipo de atenciones por parte de mi rubia solo hacía que me llenara de esperanzas aunque muy en el fondo supiera que solo las hacía de manera amistosas, pues al fin y al cabo, soy su mejor amiga, nada más.
Contuve lo mejor que pude mis ganas exuberantes por tomarla de la cintura y acercarla a mí para admirarla un poco más de cerca. Contuve lo mejor que pude mis ganas por tocar su suave rostro y besar sus labios para demostrarle lo mucho que me gusta y que yo puedo ser una mejor novia que el bastardo de su novio. Y contuve lo mejor que pude mis ganas de decirle que la amo, una vez más.
Así que solo me limité a sonreír para ella en cuanto terminó de darme de comer y agradecerle con un revoltijo en su cabello, haciendo que hiciera pucheros.
—¡Oye!— intentó peinar su cabello de nuevo, pasando sus dedos entre este mientras me miraba con su ceño fruncido.
—Te ves linda despeinada— pasé mi pulgar en su entrecejo pero que dejara de fruncirlo y reí por su molestia—. Ya, ya...
Ella me sacó la lengua y se levantó para tomar sus cosas, imitando yo así sus acciones para después dejar que ella entrelazara su brazo con el mío seguido de encaminarnos hacia las instalaciones en cuanto el timbre sonó, anunciando el término del receso.
Y mientras nuestros pasos tranquilos resonaban en el piso al igual que sus risas mientras me contaba lo que se le venía en la cabeza y yo la escuchaba, solo podía sonreír, por lo contenta que estaba con tenerla a mi lado, siendo tan feliz conmigo, risueña y boba.
Pero como había oído alguna vez, el que no arriesga, no gana.
Y yo, quiero ganar.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.