𝘀𝗹𝗲𝗲𝗽𝗼𝘃𝗲𝗿 ━ pijamada
Jungkook había sido invitada a una pijamada de su mejor amiga, persona a quien le tenía sentimientos más allá de su amistad. Se había enamorado de su mejor amiga. Al no poder ocultarlo más, decidió que se lo diría ese d...
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Era una tarde igual a las demás, con un cielo despejado y un sol guardándose lentamente para dejar salir a su luna para que iluminara el cielo oscuro con luz.
Miraba mis tenis manchados y algo rotos mientras estaba sentada en los columpios del parque. Mamá me regañaría.
Suspiré pesadamente y miré mis manos, algo magulladas por los golpes que habría dado en el rostro de esa niña durante la pelea que ella provocó.
Mi labio ardía al igual que mis manos y yo solo pensaba de qué manera le contaría a mamá lo sucedido para que me reprendiera lo menos posible, aunque tal vez sería la misma.
La pelea había ocurrido porque esa niña de mi colegio otra vez me estaba molestando diciendo que me gustaban las niñas porque me vestía como niño, y que solo a los niños les gustan las niñas. Decía que era un fenómeno. Aunque yo lo negaba todo, porque mamá me enseñó que la ropa no tenía género así que podía usar lo que yo quisiera a mis 12 años.
No me identificaba como niño y tampoco tenía dudas. Sabía que era una niña, solo que al igual me gustaban las cosas de niñas, también de niños.
Durante mi estancia en la primaria y la cual ya estaba en mi último año, nunca pude tener una amiga por culpa de esa niña, las alejaba de mí diciendo que si las tocaba las haría lesbianas y que tendrían piojos.
Hace unos momentos, vine al parque sola, pues no estaba nada lejos de mi hogar. Me columpié sola, bajé por la resbaladilla, me subí a los caballitos de resortes, disfrutando de mi soledad.
Hasta que llegó esa niña que venía con sus amigas, me fastidió de nuevo y yo perdí mi paciencia. Así que en cuanto ella me dio un jalón de cabello, yo se lo regresé al triple, me consideraba una niña pacífica pero no lo sería siempre y cuando agotaran mi paciencia.
Amenazándola de paso. Si no tendría amigas entonces mejor estaría sola conmigo misma.
Esta huyó llorando con las demás y ahora me encontraba ahí en el columpio. Preguntándome si realmente había algo mal conmigo.
Pero en cuanto estaba a punto de ponerme a llorar, una luz apareció delante mío a pesar de que el cielo estuviese más oscuro que hace unos instantes. Una luz que hizo que mi mirada quedara clavada en ella.
Ella había llegado como una luz a mi vida, un escape y una ayuda.
—Hace rato ví que estabas aquí y ví que estabas lastimada así que regresé a casa corriendo por el botiquín y vine a curarte— dijo ella con una gran sonrisa y sus ojitos resplandecientes, aunque no se vieran tanto por su sonrisa, pues se habían hecho chiquitos.
—Ah... ¿A mí?— me señalé a mi misma, incrédula.
—Sí, a tí— se arrodilló frente a mio abriendo su botiquín pequeño y yo retrocedí un poco, nerviosa y apenada.
—No es necesario, yo pued...
—No te preocupes, solo quiero ayudar— me volvió a sonreír y comenzó a curar mis heridas con tanta delicadeza—. Me llamo Jimin, ¿y tú?
—Jungkook— murmuré viendo lo que hacía y viéndola a ella de vez en cuando.
—Deberías tener más cuidado— volteó a verme, chocando ambos ojos con nuestras miradas y yo desvié la mía rápidamente asintiendo. Ella río y siguió con lo suyo—. Eres muy tímida.
No realmente... Me ponía tímida un buen trato de alguien desconocido de mi aparente edad.
En cuanto un silencio se formó entre nosotras, volteé a verla para admirarla de nuevo. Castaña, cachetona, ropa rosa, delicada, sonriente y alegre.
Me agradaba.
Cuando ella terminó, comenzó a guardar sus cosas y se levantó.
—Hay que ser amigas— propuso, volteando hacia mí y extendió su mano directo a mí—. Bueno, mejores amigas.
¿Mejores amigas...?
Repasé la palabra en mi mente varias veces, preguntándome que hacían las mejores amigas puesto que nunca había tenido una y que me lo propusieran así de golpe me ponía nerviosa, aunque yo, por no querer alejarme de ella, sonreí y tomé su mano, asintiendo.
—Claro.
—¡Bien!— expresó, emocionada—. Entonces ven a mi casa, hay que jugar juntas.
—Oh... Tendría que decirle a mi mamá o me va a regañar.
—Entonces te acompaño. Mi casa esta cerca de este parque.
—¿En serio?
Asintió varias veces.
—Te sigo.
Asentí, sin soltar y sin ser soltada, caminé directo a mi casa con un revoltijo de emociones en mi estómago, la mayoría buenas, y una que otra mala, como la ansiedad.
Al llegar a casa, toqué el timbre, sin soltar la manita de ella, quien se veía tan feliz y emocionada como yo podría estarlo por tener una mejor amiga, mi primera mejor amiga.
Mamá abrió la puerta y se nos quedó viendo en silencio.
—Jungkook...— murmuró mamá con ese tono de voz que ya conocía cuando estaba a punto de regañarme pero la interrumpí.
—Mamá. Ella es Jimin. Acabamos de ser amigas, bueno mejores amigas. ¿Puedo ir a su casa jugar?
—¿Qué?— preguntó mamá, algo sorprendida, aunque sonrío, feliz por mi nueva mejor amiga.
—Sí, que si Jungkook puede venir a mi casa a jugar, vivo en esa casa— señaló a una de las casas de en frente, la penúltima de esa fila.
—Ah... ¿Tus padres son los señores Park?— cuestionó mi mamá y ella, a mi lado y sin quitar su sonrisa, asintió—. Bueno— mamá me miró y acomodó mi cabello—. Puedes ir, yo pasaré por ti, ¿Sí?
Asentí sin oponerme y comencé a caminar en cuanto ella me jaló suavemente hacia su hogar mientras mi mamá nos observaba.
En cuanto ella comenzó a correr, yo también corrí por ella porque parecía que no podía contener su emoción y sus ganas de jugar.
Al entrar a su hogar, fui muy bien recibida que incluso su hogar lo sentí como uno segundo en el que estaría segura.
Subimos a su cuarto, entramos y me senté en el suelo mientras ella sacaba algunos juguetes que estaban de moda, como las muñecas.
No me gustaban mucho las muñecas, accedí a jugar con ellas por ella.
Me le quedé viendo una vez más mientras ella jugaba, sonriente y resplandeciente. Bonita.
Y aunque siempre había negado que me gustaran las niñas, accedí a su amistad sabiendo que podria caer por ella.
Y así fue.
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