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Federico llego a la escuela, hoy lo llevaba su padre en auto.

-Chau, hijo, mándame un mensaje cuando estés en casa—Se despidió su padre.

-Nos vemos—Se bajo del auto y se dirigió a la entrada.

Ahí estaba Gustavo esperándolo, sonrió al ver que su amigo llegó y agarro su mochila y empezó a caminar.

-Fede, ¿sos rico?—Federico río.

-Ojalá, pero es solo un nombre.

-¿Y tenes fe de rico?

-¿Que son esas preguntas?, hoy estas un poco preguntón, Gus.

‐Estoy aburrido...—Desvío la mirada encontrándose con el sobrino del director mirándolos en una banca—Fede...—Susurro llamando la atención de el de ojos verdes.

Federico se volteo para el lado derecho, ahí estaba, ahora se encontraba tímidamente mirándolo, no como la otra vez...Esa vez ardía.

-Es un poco acosador, ¿no?—Desvio el tema Gustavo mientras que con Fede hacían que no había pasado nada siguiendo su camino.

El joven observador se saco los lentes y los limpio con su remera para luego colocarselo.

-Tengo que comprar binoculares—Susurro para el.

El era un fantasma en la escuela, siempre faltaba en algunas clases que no le interesaban y su tío no tiene problemas con eso.

El rey Charly y su reinadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora