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El desayuno ya estaba listo, eran medialunas y pastelitos de membrillo, acompañado por un mate.

-Come, Carlos—Dijo la mamá de Federico.

Charly agarro una medialuna y la mordió.

-Yo me voy a despertarlos—Dijo el papa de Federico levantándose a unas puertas.

¿Despertarlos? ¿Alguien más vivía ahí?

Charly lo miro confundido pero siguió comiendo.

Jorge, el papá de Federico, golpeó las  puertas.

-¡¡Ya esta el desayuno!!

En un parpadeo, salieron 3 chicos y se sentaron en la mesa.

-¿Ese quien es, mama? ¿Adoptaste otro hijo?—Pregunto Marcelo.

-No, hijo, es Carlos...—Respondió.

-¿Es novio de Federico?—Pregunto Julio.

-No se, ¿sos novio de Federico?—Todos lo que estaban sentados en la mesa lo miraron.

Charly sonrió, tenía una idea maliciosa.

-Si, soy el novio de Federico.

‐Mira vos, no nos contó de vos.

Charly no podía creer que su plan había funcionado perfectamente.

Sabía que ese puesto no duraría mucho hasta que Federico lo desmintiera.

El rey Charly y su reinadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora