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El día de hoy salí de la finca al pueblo para comprar medicinas e ingredientes que nos faltaban. Y no hay mejor lugar para hacer compras que en el mercado del pueblo.

Primero hice una lista la cuál me dictó la señorita Shinobu, y luego ella me dió el dinero.

Mientras me preparaba para salir, Sumi, Kiyo y Naho se me acercaron. Me dijeron que me cuidara y que no me demorará.

Cómo aprecio a esas niñas... No quisiera que nada les pasara. Sí me sobra dinero, les compraré unos dulces. Se lo devolvería luego a la señorita Shinobu.

Con eso, me despedí y salí de la finca.

El viaje hacia el pueblo fue de 10 minutos caminando, lo bueno es que no me cansé. Podré no ser cazadora, Pero eso no significa que no entrene aunque sea un poco.

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Llegué al mercado del pueblo. Había bastantes personas.

Al primer lugar que me acerque fué a un puesto de frutas. Había una gran variedad, así que compré de todo un poco. Claro, sin malgastar el dinero.

Fuí de puesto en puesto. Comprando especias, pastillas, hierbas medicinales y algunas cosas curativas como vendas o gasas.

Cuando ya terminé todo lo de la lista, gracias a Dios me sobraron algunos yenes. Los suficientes para algunos dulces.

Así que acercándome a una carpa de dulces artesanales, gasté los últimos yenes e hice mi camino a la finca.

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Comencé a dejar todo en su respectivo lugar. Comida en la cocina, cosas medicas en la bodega.

Le dije a la señorita Shinobu sobre el dinero. Me dijo que no era necesario devolverlo, pero de todas formas lo haré.

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