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Los chicos regresaron una vez más, en mi opinión fue muy pronto. Estaban bastante heridos, sobre todo Tanjiro, pues lo habían apuñalado.

Los atendimos lo antes posible junto a Shinobu y las niñas, incluso Kanao nos estaban ayudando, lo cuál me sorprendió un poco puesto que ella no suele hacer este tipo de cosas.

No me gusta ver a Tanjiro así. Se puede ver el cansancio debido a la lucha que tuvo... Pero también veo tristeza en sus ojos. De alguna forma me duele verlo así.

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Al terminar, fuí a lavarme las manos. Fuí a la habitación que le habíamos asignado a Nezuko, quería saber cómo estaba. Es un demonio, pero eso no significa que no deba recibir cuidados.

La habitación está oscura, pues la cortina no deja que el sol entre. La caja estaba abierta pero no lograba verla, eso hasta que ví un mechón naranja saliendo debajo de la cama.

Solté una pequeña risa. No es el momento para hacerlo, pero era bastante entrañable de ver. Me recuerda cuando Kanao y yo éramos más pequeñas, jugábamos a las escondidas y ella siempre iba bajo la cama, Pero su cabello siempre la delataba.

Me acerqué sin hacer movimientos bruscos, no quería asustarla, y me agaché para mirar debajo de la cama, y efectivamente, ahí estaba Nezuko.

Le dí un pequeño saludo con la mano y una indicación para que saliera. Me obedeció.

Cuando salió estaba en su forma de niña. Shinobu nos habló sobre que Nezuko podía cambiar de tamaño. Le dije que Tanjiro ya estaba mas estable. Creo que me entendió, pues me asintió.

Sin previo aviso me abrazó, lo que me confundió un poco, pero era adorable, así que le devolví el abrazo.