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Maraton 1/1

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Maraton 1/1

Capítulo 3
Torturas y una excitante noche.

Roseanne

Siento una gran comodidad a lo que resulta extraño. Abro mis ojos y me he levantado de golpe, soltando un quejido por el dolor.

» Joder me duele todo el cuerpo.

Detalló el lugar, con algo de curiosidad. Está habitación no es la misma la cual desperté hace unas horas atrás. Miro ambos lados y mi vista llega de golpe a la pequeña mesita que se encontraba al lado de la cama.

Un vaso de agua y pastillas.

» ¿Qué carajos?

—Despertaste. — Alguien habla. Su voz causo escalofríos a mi cuerpo, miro a la persona y la respiración se me va. Siento sus ojos grises, penetrarme el alma.

Y los recuerdos vienen como cascadas a mi mente.

FLASHBACK

Callejón

— ¡Ah!

Sus embestidas eran fuertes y bruscas. Me estaba volviendo loca. Mis gemidos y gritos que eran amortiguados por su gran mano, eran la viva prueba del placer que estaba sintiendo.

Me encontraba siendo sostenida por él. Mi vestido roto y arrugado hasta mi cintura, mi ropa interior fue destruida por completo por esta bestia.

» Me sorprende que alguien tan pequeña como tú, me recibas tan bien. Joder, succionas mi verga como una puta profesional.

Cierro mis ojos con fuerza ante sus palabras. »¿Cómo puede ser tan sucio y descarado?. Mis mejillas se encontraban rojas y mojadas por aquellas lágrimas que caían sin control. De seguro me veía todo un desastre.

Tiene la iniciativa de darle atención a una de mis tetas, la cual moldeaba la carne con su grande y aspera mano. su boca se detiene a la otra donde succiona, muerde y lame con tanta hambre.

Su cabello lo he jalado con brusquedad ante su acción de empalar su polla con anhelo en mi interior. » Oh Dios, lo siento hasta lo más profundo de mi vientre. Es tan grande.

Sus ojos oscuros me observan con hambre, como si su meta es destruirme. Veo como sus dientes muerden mi pezón fuertemente que me hace soltar un chillido donde muerdo mis labios tratando de esconderlo.

— Dios!

Su boca abandona mi pezón a lo que siento desesperación por tenerlo nuevamente en ese lugar. Abraza mi cuerpo con una de sus grandes manos y la contraria ahora se posiciona en un nuevo lugar, mi cuello. No perdiendo tiempo en ejercer fuerza

— No es Dios, pequeña. Es Christopher Morgan quien está rompiendo este coñito.

Me besa con fuerza, mordiendo y lamiendo mis labios a su antojo. Se aleja después de un rato y su voz ronca hace entrar susurrando sobre ellos.

MISIÓN 000 LOVE (Edicion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora