Logogrifos

¿Me llamas?... ¡Me llamas Fénix!.

No tenía claro dónde me encontraba...
No tenía claro con qué objetos podría interactuar...
Sólo podía ver mis manos,
que dichos cortes anunciaban unas horas pasadas...
No había una fuente de luz presente...
Pues mi sombra sería un espejismo,
y un aliado sutil de aquella egoísta oscuridad...
Creo que era el hermano,
de aquel infame que se decía llamar soledad...
Un extraño fenómeno,
que a un punto de querer estar más arriba,
se encuentra con el rango más bajo del ser humano...
De a poco una frecuencia se aproximaba,
cuyo sonido se desconocía por entorpecer una melodía...
Tenía un papel de origen,
que sería grabado por el supuesto artefacto sin simpatía...
Fue lastimando mis tímpanos auditivos,
a tal punto de convertirlos en un lago de sangre...
Dicha consecuencia horripilante,
buscaba desesperadamente desembocar,
como si fuera fluyente de un río que apeligré...
Yo no me movía,
ni tampoco intentaba hacerlo...
En mi situación, cualquiera se desesperaría,
pero no encontraba el motivo de querer deshacerlo...
¿Sería inútil intentarlo o sería inútil querer cambiarlo?...
Una luz tenue casi anaranjada,
chocó como cien rayos en mi rostro...
Los párpados de mis ojos,
iban perdiendo su función de capturar imágenes...
Hacían un esfuerzo enorme,
a tal punto de hacerlos lagrimear,
con la cualidad efecto heredado de mis genes....
O como quien es diagnosticado con el concepto de "descanso",
que decide leer sin usar los anteojos recetados...
¿Se intentaba mantener el contacto visual?
SÍ....y era hacía un punto medio...
La sensación del fuego de mis labios,
que de forma inexplicable,
presentaban quemaduras de segundo grado...
Mi pecho izquierdo,
presentaba un tatuaje excéntrico...
El calor que provenía de esa marca,
superaba los cuarenta grados...
Poco a poco me consumía hasta lo más interesante de mi alma...
Era un sello sentenciador,
que desencadenaba increíbles llamas...
Toda mi estructura física,
se desbarataba segundo a segundo...
Todo aquel rasgo que vuelve a uno más humano,
pasó a ser tosco, consistente,
y hasta fosilizarse como los dinosaurios ...
Sentía el ardor debajo de mi piel,
y mis venas,
y mis nervios,
se convirtieron en cuencas de lava...
Mi pulmón era como un volcán,
y por minuto erupcionaba mediante mi boca,
que  dolorosamente sangraba...
Me transformaba en una piedra volcánica,
y me desintegraba como millones de cenizas...
Mi oxígeno, y hasta mi última exhalación,
era tan sólo hollín expirada de fábricas industriales...
Tú eres mi testigo,
y el único que observará un acontecimiento próximo...
¿Me llamas?...¡Me llamas Fénix!...
Porque si de repente sucederá,
aquella reencarnación...
Prontas cenizas volverían a conformarme,
y todo lo doloroso de desvanecerme,
sería un poco inquietante...
Ya que superé una etapa,
y ahora estoy listo para alzar mis alas...
Nacer para sufrir...
Renovarse  para crecer...
Morir...
Para finalmente resurgir...