Yo te voy a Liberar...

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Era un camino de piedras,
y a la vez,
no lo era...
Eran fragmentos de cerámicos,
que desecharon obreros desconocidos...
Obreros que no tenían rostro...
A veces pienso,
si eso fue un sueño
o si mi cabeza estaba presente...
Mi cuerpo interactuaba en la realidad,
pero algo en mí estaba lejano...
En los costados había yuyos,
y un par de casitas humildes...
Estaban bien construidas,
y se diferenciaban con la cuadra de adelante...
Los vecinos saludaron,
y yo apenas moví mi mano...
Hasta creo,
que apenas reaccioné,
ante su saludo amable...
¿Por qué será?...
Pues mis ojos,
estaban fijos en un punto...
Un punto de amargura,
y de un resultado gris...
El cielo estaba azul,
pero esos minutos eran opacos...
Ese caballo,
de mirada triste...
Suplicaba un auxilio silencioso...
Su expresión me llamaba,
sin antes saber mi nombre...
No sabía mucho de caballos,
pero estaba tan indignado,
que me las arreglé...
Su esclerótica sangraba,
y el dolor que me transmitía,
irritaba los poros de mi cuerpo...
Algo se movía en mi alma,
seguro que era una clase de llama...
Que quería salir,
y acabar con su sufrimiento...
Me sentía inútil,
e indeciso...
La cuerda pegada al poste,
anudada a su cuello...
Lo arrastraba a la condena de permanecer...
Toqué su frente,
y apoyé mi cabeza...
Le prometí que lo liberaría...
Intenté desanudarla,
pero esa cuerda,
presentaba un estado de arraigo descomunal...
Ahora recuerdo,
que él era blanco,
y que le perseguían las moscas...
En su juventud,
habrá sido hermoso,
y continuaría siéndolo,
si lo habrían cuidado...
Estaba furioso,
con tan sólo pensar en su mala suerte...
Pensar en una vida difícil...
Y pensar en un final terrible...
Él no lo merecía,
ni tampoco otro animalito,
a cargo de sus supuestos dueños...
Me consumía la ira,
y entonces tiré la cuerda...
Él tiraba conmigo,
y sus deseos de libertad crecía...
Continúe...
Continúe....
Continúe...
Y alguien de fondo,
me dijo que parara...
¡"No lo hagas"!...
Pero yo continué...
El cielo se puso negro,
y yo estaba perdiendo la visión...
Me dolían los ojos,
y mi piel se resecaba...
Miré al suelo,
y noté que mis pies,
eran patas...
Patas blancas...
Miré el poste,
y estaba la cuerda...
Miré el reflejo del agua de un pozo,
y mi rostro,
era...
... Luego desperté confundido…

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