Se hizo costumbre ir de copas de vez en cuando, en si, cada 2 semanas nos encontrabamos en aquel bar. Bebíamos, hablábamos de nuestros día a día y nos despedíamos; esos dos días del mes se volvieron mis favoritos sin darme cuenta.
Hoy era una de esas fechas, estaba bastante emocionado, pues no tenía muchas amistades aquí, a quien engañaba, no tenía ninguna, de vez en cuando charlas amenas con gente al azar de su negocio de televisiones, pero nada más.
Sin darme cuenta, empecé a vestirme más formalmente cada vez, y no solo cuando iba a ver a dicho hombre con orejas rojas, si no que lo tomo como un hábito después de unos meses de conocerlo.
No sabía porque, pero lo hacía sentirse bien consigo mismo.~~~~~~~~~~~~~~•~~~~~~~~~~~~~~•~~~~~~~
Sabía que el Gran demonio radio era de esos puntuales, que ya parecían neuróticos, recordaba más de una vez en la que lamentablemente llegó tarde por una urgencia y dicho hombre hizo que toda conversación que hicieran se tratase del horario. Asi es que decidió sorprenderlo llegando 10 minutos antes.
Al llegar a dicho lugar, se pidió una copa del mejor vino que tuviera y se quedó observando a los músicos. Desde aquel día había algo en este club que hacía que todo sea tan "maravilloso". Estuve así unos minutos hasta que:
- Hola, es un placer - debo empezar a prestar más atención a mis alrededores, siempre termino sorprendido por alguien.
- Un gusto - dije, más por cortesía que por otra cosa. Me parecía haber visto a esa señorita un par de veces, siempre con sus amigas o de la mano de un caballero.
- Así que, dónde está tu amigo?- Preguntó. Creía saber a dónde iba está conversación, pero no me dejó ni responder cuando los músicos empezaron a tocar otra melodía y ella exclamó - Oye, esa es mi canción favorita, no me invitarás a bailar?-
- Disculpe, yo no...- Un locutor bastante conocido se metió en la conversación, me pareció extraño pues juraba que aún no era el horario que habíamos acordado.
- Pero que tenemos aquí? Te perdiste tesoro? - deteste la última oracion, pero rápido borre esos pensamientos de mi cabeza.
- Tu amigo aquí, que es demasiado marica para invitarme a bailar - dijo poniendo una de sus manos en la cintura y una leve mirada de frustración.
- Jaja! Que locuras dices! Mi amigo NO BAILA - esas últimas palabras las dijo con un tono dictador.
- Y que hay de ti? - miró a Al de arriba a abajo, me sentí bastante incómodo con eso.
- Ja! No! Gracias por la oferta pero tendré que decir que no - respondió, tomando asiento al lado mío y chasqueando los dedos para llamar la atención al bartender.
- Ustedes se lo pierden - se dió la vuelta golpeándonos con las puntas de su cabello en el proceso.
Lo miré unos segundos mientras pedía lo mismo que estaba tomando yo, y solo pude preguntarle - no bailaras? Creí que habías dicho que eras un gran bailarín -
- Oh, lo soy - con soberbia en la mirada pero sin perder su sonrisa - pero la he visto bailar, y estoy seguro que tú tienes más ritmo -
No pude evitar reír, soy bastante malo en en la danza, así que no quería saber que tan mala era ella.
- En ese caso debe ser realmente mala - comente entre risas.
- Nunca has intentado bailar de verdad?-
- Ya te lo dije, mi madre pagó a alguien para enseñarme y el pobre hombre renunció a causa de mis dos pies izquierdos -
Me quedo mirando unos segundos antes de levantarse y extenderme la mano - Permíteme enseñarte, estás frente al mejor bailarin del mundo -
- Deja de bromear - Dije riéndome, pero al ver que después de un rato no retiraba la mano, quedé un poco extrañado - hablas en serio? -
- Por supuesto mi buen amigo, el arte de la danza no debería de ser negada a nadie - de pronto sentí como varios ojos nos miraban y un calor en mis mejillas que denotaban mi nerviosismo - Vamos querido, no me dejarás plantado, o si? - El sabía que no lo haría, que tenía bastante control sobre mi, porqué? Por que era mi primer amigo, la primera persona que me entiende y por la única persona que pasaría mis límites por alto.
Extendí mi mano arriba de la de el, sin tomar en cuenta el porque jamás le doy la mano a un demonio - Por favor, enseñeme -
Su sonrisa se amplió, y pude ver cómo sus ojos se volvían como los de una serpiente - Así será - dijo mientras empujaba mi brazo más cerca de el haciéndo que mi cuerpo sintiera el calor del suyo - comencemos-.
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No...°•Radiosilence•°
RomantikEspero que disfruten, no olviden dejar sugerencias para próximos capitulos 💕