Roto en dos.

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Me escondo. Y me rompo.
Y me escondo para romperme.
Y me rompo para esconderme, de los ojos sin visión, de las miradas extranjeras, de esas extrañas enredaderas, que suponen esta tristeza infinita y me arrastran hacia un hueco con la misma pasión con la que se realizan pecados como la lujuria.

Sentir que puedo salir, no, que debo salir de aquel hueco; lleno de soledad y vacío por dentro.

Como yo, como tú.

Pero, ¿nunca has sentido una voz susurrante en la nuca que te sopla y te persigue? ¿Una voz que arrastra sus garras en tus mil y una cicatrices? ¿No sería humano esconderse de esa voz?
¿Y romperse, con tal de no escucharla, en dos?

Pues por eso me escondo, y me rompo.

Porque así, no me importaría desaparecer entre el polvo y el vacío; Cada vez estoy más convencido de que la forma en la que me conbecieron fue un estado de hastío.

Poeta Perdido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora