- -Cap 1- Un dia NORMAL -

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Beunnie, una chica pelo-oji marrones entre cerro los ojos, era un día más en su dia a dia.

Ella bufo amarga para iniciar el dia. Vestía un pijama grisáceo y un cómodo cardigan amarillo; el algodon tenia unos hermosos girasoles coloridos al rededor del bordado, con las saturaciones graduales del amarillo y naranja.

Se puso de pie y camino a la nevera en pantuflas. Visto su ojo por todos los productos refrigerados pero prefirió optando por la caja de leche, bertio lo que quedaba en un vaso de vidrio y tomó del contenido.

Erguida en direccion a la cocina, giro su cabeza a las manecillas del reloj moverse en -tik tak-, se quedó mirándolas casi hipnotizada para perder el tiempo.

El sonido proveniente de unas gotas de agua caer a la chapa metálica la regreso al mundo real; trago seco. Con pesadez giro cuerpo entero y poso cabizbajo con sus manos en una silla cercana. Se balanceo y balanceo con nervios al recordar que vendría su tedioso padre dentro de menos de 30 minutos.

Ella no lo odia, solo encuentra a su padre como un medio-desconocido en su vida luego de que su madre se separo de él.

Desde pequeña, lo vio como alguien admirable. Esto no tiene nada de malo, pero todo empezó a desmoronarse cuando se entero que en realidad se emborrachaba todas las noches cuando "supuestamente" se quedaba trabajando el turno nocturno completo hasta la mañana siguiente.

Casi siempre se sentía sola cuando estaba con su madre, ella pasaba todo el día trabajando y no podía darle el tiempo necesario, esos pequeños tiempos no se sentía feliz del todo, tanto que le generaba incomodaba hablar de su día a día con ella. Sus pensamientos fueron lo único que podía hacer por el aburrimiento en su infancia y soledad a llevar a muchas cosas intrusivas.

Crecer era una de las mayores preocupaciones que desarrollo con su mente, pensó que en algún momento tendría que estudiar en la universidad, graduarse, elegir una carrera, pagar impuestos y morir que cualquier humano no puede evitar pasar.

Seguir el ciclo de vivir y morir le parece abrumador y extenso como el giro de una lavadora.

El dolor se acumulo en su pecho mientras recordaba todos esos malos momentos que crecería dejando su casa mientras los tics reloj era lo unico que resonaba en la casa de manera irritante en su cabeza.

Quería llorar lo más fuerte que podía como un platillo, pero no podía, sus lágrimas no salían. Eran invisibles.

Luego, miro recto al reloj y repenso sus memorias agradable para despejarse.

Los recuerdos buenos eran preciados y reconfortante en alguna manera.

Respiro ondo, lo más profundo que su pecho podía, se miró así mismo en el reflejo del grifo. Con una mirada insatisfecha, corre a su cuarto a cambiarse.

Con rapidez cambia su ropa a una mas cordial. Se mueve hacia el baño y se cepilla los dientes, se rosia con un perfume y un desodorante para la higiene.

Como era de esperarse, el timbre en pocos minutos-Riiin-

La joven se para a la salida para abrir. De pronto, una mano larga agarro su brazo con gentileza, su mirada desolada y algo triste hizo entender lo que iba a ocurrir.

Era su madre, una señora de la sexta década aproximadamente.

—Mamá, ¿estas bien?... —pregunta con desconcierto, le sucumbia más cansancio.

—Si, estoy bien, solo.. —intervino con una pequeña sonrisa sin ganas, trabaja de ingeniería, aveces requiere todo su tiempo muchas veces.

El timbre volvió a sonar -Riiin- inquietando la ansiedad de Beunnie, la cual se acerca y abre la puerta, lo primero que ve, a su padre apoyado en el marco con una maceta de flores geranios de unos colores rosados. Esas clases significaban gratitud y reconciliación.

Debajo de la cama de Beunnie?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora