CAPITULO 9

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Revelación

La señora Molly observó la escena, horrorizada.

Ron la sostuvo firmemente del brazo e impidió que se acercara a Harry. En ese momento, una energía destructiva amenazaba con consumir la habitación. Todos sentían este poder a punto de estallar, y nadie se atrevía a hacer un movimiento que pudiera desencadenar una explosión de ira.

Harry no estaba en condiciones de razonar. A pesar de que a lo largo de su instrucción en la academia de Aurores había aprendido el arte de mantener la calma y conservar el juicio ante diversas situaciones críticas, en este momento, sus emociones eran más fuertes que cualquier cosa.

El señor Sirius también entró al despacho, pero se detuvo en seco cuando percibió la agresiva sensación que se expandía por el aire. Sus ojos se abrieron con preocupación y su voz tembló al musitar con cautela—. Harry, por Merlin, suéltalo.

En la habitación, además de los implicados que conocían la situación de Henry Stevens, se encontraba George Weasley. A su lado estaban Bill y Fleur Delacour, quienes habían llegado esa tarde y ahora observaban la escena con expresión de sorpresa. Fleur se aferraba al brazo de Bill, sus ojos azules reflejando la consternación.

Ginny Weasley también estaba presente. Había bajado de su habitación, incapaz de ignorar el gran escándalo que venía del primer piso. Aún se sentía indispuesta, pero cuando escuchó a su madre gritar el nombre de Harry, se levantó de la cama de inmediato y, con el pijama puesto, bajó las escaleras apresuradamente. Su corazón latía con fuerza mientras se unía a los demás, con sus ojos buscando a Harry.

Remus murmuró con extrema precaución—. Harry... ten cuidado con tus acciones.

Pero Harry no lo escuchó. Su mente estaba abrumada y nublada por la intensa oscuridad de una sombra. Era como si una tormenta furiosa hubiera invadido su ser, oscureciendo cualquier rastro de razón o compasión.

—Guarda silencio —susurró Harry, su tono tan frío como el hielo.

Remus se vio obligado a obedecer, sintiendo cómo un escalofrío gélido se apoderaba de su cuerpo. Era como si una sombra maligna se hubiera posado sobre ellos, corrompiendo incluso el aire que respiraban.

Los ojos de Harry se encontraron con los de Henry, un azul claro contrastando con un verde brillante. A pesar de ser de igual estatura, el rostro de Henry no infundía tanto temor pese a que un mago le sujetaba el cuello. La mirada de Harry era como un pozo sin fondo, devorando todo a su paso.

—¿Vas a hablar, o tendré que obligarte a hacerlo? —dijo Harry con voz firme, su tono impregnado de una determinación implacable mientras aumentaba la presión alrededor del cuello de Henry.

Aunque cualquier otra persona en los zapatos de Henry Stevens podría haber mostrado cobardía en su rostro, miedo en sus ojos o haber suplicado por su vida, no mostró nada de eso. En su lugar, su mirada ardía con un fuego interior, desafiando a Harry con mucha valentía. Remus tenia razon, Harry queria matar a Draco Malfoy.

—Nunca te lo diré —murmuró sin aliento, su voz apenas un susurro en la habitación cargada de tensión.

Henry estaba dispuesto a arriesgar su vida por Draco. Su valor parecía inquebrantable, como una roca en medio de la tormenta, resistiendo ante la furia de Harry.

Harry se quedó en silencio, sobrecogido por dentro. Sin embargo, de repente, la fidelidad inquebrantable de Henry hacia Draco lo enfureció de una manera inexplicable; sintió cómo la sangre le hervía en las venas. Si había quedado alguna pizca de sensatez en su interior, aquello terminó por hacerle perder por completo el control.

DIVINO VEELAM// Harco-Mpreg//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora