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Hoy Filis no dejaba de llamarme y eso me asustaba un poco, tenía la duda si era algo urgente o si ya se enteró que me besé con Ama.

Dejé de sobre pensar y contesté una de sus llamadas.

—Hola.— saludé nerviosa.

—Wey, ya estaba por ir a tu casa a ver si no te habías puesto mal, no das señal de vida.— habló preocupado.

—Discúlpame, estuve tan enfocada en planear cosas para mis directos que no estuve pendiente del celular.— mentí.

—Hoy quería preguntarte si puedes venir a mi casa, necesito conversar contigo de algo serio.— contó y yo me puse más nerviosa.

—Eh, sí claro, en la noche voy, ¿está bien?— cuestioné y él hizo un sonido de afirmación.— Bien, adiós.

Ayer luego de los besos que me di con Ama, hablamos sobre lo que pasaría más adelante y quedamos en que ella le dejaría las cosas claras a Filis, obviamente aún no le diría que es por mí, sólo le dirá que sus sentimientos no serán correspondidos.

Quería que las horas pasaran lentas pero no fue así, las horas pasaron volando y yo ya estaba en la sala de Filis.

—¿Es algo grave?— pregunté y negó.

—Es sobre Ama, pasó algo y no sé que hacer.— comentó y lo miré atentamente.— No le gusto.— confeso.

—Como lo siento.— fue lo único que se me ocurrió decir.

—Me dijo que sólo me ve como un amigo, que no quería arruinar la bonita amistad que tenemos y que le gusta otra persona.— contó triste y eso me hizo sentir más culpable.

—Bueno, no podemos hacer nada, son sus sentimientos, además imagínate si hubiesen llegado a ser pareja y las cosas salían mal.— dije.

—Por eso quería pedirte ayuda, quería que le digas que no se puede enamorar de otra persona, yo hice muchas cosas para que Ama pueda fijarse en mí.— contestó.

—Filis, tú no puedes obligar ni mucho menos decidir quien puede estar con Ama o de quien se puede enamorar, las cosas son claras, sólo te queda aceptar que siempre serán amigos.— expliqué.

—¿Por qué no puedes ayudar? ¿No se supone que eres mi mejor amiga?— preguntó molesto.

—No te puedo ayudar en algo así, Ama puede salir con quien se le de la gana.

Filis sólo me observaba, su mirada me incomodaba y me asustaba mucho, realmente le estaba afectando este tema.

—Bien, entonces no me ayudes, pendeja.— habló molesto.— Yo sólo quiero que ella esté conmigo.

—Filis, debes de entender que a ella no le gustas, en realidad deberías sentirte bien porque hay alguien que la hace feliz.— comenté.

—Yo soy quien debería hacerla feliz.

—Estoy tratando de ayudarte, pero con la actitud que tienes no puedo, piensa mejor las cosas, cuando estés más calmado me vuelves a llamar, ¿está bien?— exclamé.

—Vete wey, no me sirvió de nada tu "ayuda".— dijo.— Mala amiga.— murmuró al final.

Yo no respondí nada, por una parte tenía razón, estaba siendo mala amiga al enamorarme de alguien que no corresponde, pero yo ya no podía hacer nada, ¿o sí?

Esto es imposible (Ama x tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora