Capítulo 4

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Con velocidad la mujer se acercó, comenzó a revisar sin mucho cuidado al rubio, por estar más concentrada en poder tocar su muy bien trabajado cuerpo, pero aún así reviso sus signos, latidos, y de más. Naruto se coloco al lado contrario de su padre suguetando su mano con cariño y le sonreía pero sin la misma felicidad y brillo que antes, ante esto Minato frunció el ceño, al momento se dio cuenta que su hijo estaba incómodo por la presencia de la enfermera.

La mujer se dio cuenta que el menor todavía estaba hay... – largo de aquí demonio, lo único que hacs es molestar, ya suficiente tiempo te hemos estado aguantando... – con tono brusco se acercó a Naruto con toda la intensión de sacarlo de hay a la fuerza, mientras el pequeño rubio temblaba del miedo, al mayor cada vez le hervía más la sangre al ver como aquella desagradable mujer trataba a su hermoso bebé.

Antes de que ella pudiera ponerle una mano al menor, el rubio mayor habló con voz fría e intimidante y sus ojos dejaron de ser azules y brillantes, a ser grises y frios... – disculpe y usted es... – el desagradó claramente se podía notar en su voz, pero la mujer estaba tan encantada de que alguien tan importante como el cuarto Hokage le dirigiera la palabra, que no se dio cuenta con que tono le habló.

– soy la enfermera Hikari Hoyuko, Minato sama y estoy a su servcio para cualquier cosa, así que no dude en pedirme lo Minato sama!!... – la voz chillona y el claro ofrecimiento en su voz no hizo más que poner incómodos ambos rubios, en especial al más pequeño.

– entonces, enfermera Hoyuko, le agradecería que llamara a un doctor más capacitado para mí revisión, y en especial... Que no sea alguien tan grosera y desagradable con mi hijo, como lo es usted... – su intención era echarla de la manera mas educada posible, después de todo seguía siendo una mujer... Pero toda su educación y paciencia se fue por la borda al notar cómo aquella “mujer” seguía mirando a su pequeña adoración que no podía dejar de temblar, así que decidió poner en su lugar a aquella enfermera.

Hoyuko se avergonzó al escuchar la forma en la que el cuarto se refirió a ella, y con la poca dignidad que le quedaba trató de hacer lo cambiar de opiión... – p-pero Minato sama, y-yo puedo revisar lo muy bien y con todo gusto... Y no ase falta que se preocupe por este mocoso enseguida lo sacaré, y yo misma me aseguraré de que no vuelva a molestar lo o que se le llegue a acercar– sin ella misma saberlo avía cabado su propia tumba.

Minato en su mente ya estaba pensando en cientos de formas de arruiarle la vida a aquella persona tan desagradable, por aver hablado tan mal de su precioso hijo... Hijo que no se dio cuenta de en que momento había salido, solo noto que volvió cuando lo vio entrar por la puerta con un doctor a su espalda, que se veía mucho más agradable que la otra, solamente porque el no veia a su hijo, como un monstruo... Cosa que agradecía mucho.

El doctor hizo una leve reverencia demostrando sus respetos hacia el paciente, con un asentimiento de cabeza el rubio mayor le correspondió... –bueno enfermera Hoyuko, sus “atenciones” no serán requeridas aquí créame, así que mejor salga y siga con su trabajo... – la antes mencionada sin poder hacer nada más, salió humillada de la habitación con portazo y echando humos por la cabeza... – mis disculpas si aquella mujer les hizo pasar un mal rato Minato sama... Ahora, solo lo revisaré para ver que todo esté en orden con usted, llamaremos al Hokage, para que le responda todas sus dudas y despues de eso ya podrá ser dado de alta, y podrá regresar a su hogar... –.

Sin más el doctor comenzó a revisar con mucho cuidado al rubio mayor, se dio cuenta que ninguna parte de su cuerpo estaba entumecida, cosa que le sorprendió mcho... – bueno Minato sama, parece que todo está perfecto y me sorprende mucho que todas sus articulaciones funcionen bien y no este entumecida por ningún lado, parece un trabajo hecho por un verdadero experto... Ahora sí me disculpa iré a avisar al Hokage que usted ya despertó, con su permiso... – con una reverencia más del doctor, salió de la habitación directo hacia la torre Hokage.

Cuando ambos rubios estuvieron solos, el mayor con una seña le indico a su hijo que se acercará, Naruto no dudo y cuando estuvo al lado desu padre, este agarro su mano y con delicadeza lo hizo subir a la camilla, lo abrazó con cariño e hizo que la cabeza del menor quedará recostada en su pecho... Era un abrazo muy paternal y amoroso, que hizo que el menor se sintiera muy feliz, y que atesora ra  en su corazón y memoria aquel momento, mientras Minato acariciaba los cabellos rubios de su bebé , con voz calmada decido rompió el silencio... – escuché todo lo que me decías mientras dormía... – Naruto lo miro nervioso y temeroso ante aquella confesión de su padre.

– todo?... – con la voz temblorosa, reforzó el abrazo con miedo a que lo suelte, y el vuelva a caer en aquella sledad, tristeza y desesperación a la que no quiere regresar jamás.

Minato entendió su miedo, reforzó el abrazo con cariño haciéndole saber que estaba con el y que no se iria a ninguna parte, lo miraba a los ojos con un amor, que solo un padre verdadero padre es capaz de mostrarle a sus hijos... – todo pequeño... –.

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Regresa a mi papá... (itanaru) (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora