Capítulo IV

12 3 0
                                    


I'm still confused
You said, "Forever, " and I almost bought it I miss fightin' in your old apartment

(Todavia sigo confundida, dijiste "Para siempre" y casi me lo creo. Extraño pelear en tu viejo apartamento)—I miss you, I'm sorry, Gracie Adams

Alya

Me duele la cabeza, no recuerdo una mierda.

¿Quien me dijo que era buena idea aceptarle un trago a Alec?

Dios... Maldita luz, ¿Quién abrió la ventana de mi cuarto?

Me intento mover pero tengo algo pesado encima abrazándome.

ESPERA. ¿QUE? Abro los ojos asustada mirando a mi alrededor empezando a transpirar al no reconocer la habitación.

Mierda no otra vez, pienso con los ojos empañados hasta que la veo.

Respiro con una tranquilidad sorprendente al reconocer la foto que esta en la mesita de noche a mi lado.

Somos Enzo y yo cargando a Julieta de seis meses.

El nos miraba con ojos brillosos y una sonrisa mientras que yo tenia la nariz roja y estaba totalmente sonrojada mirando a la cámara cargando a Julieta con especial cuidado mientras ella agarraba el dedo de Enzo y se reía mirándonos a ambos.

Recuerdo ese momento, estaba tan asustada y el estaba ahí, igual de asustado y cuando por fin pudimos ver a mi mamá el sonrió con alivio y la fue a abrazar. El embarazo de mi mama con Julieta fue un embarazo de alto riesgo y el labor de parto fue muy prematuro ambas tenían posibilidades de morir, llore toda la noche en el hospital con el abrazándome.

Nos dejaron ver a Julieta seis meses después y ese día tomaron la foto.

Estaba tan emocionada que llore.

Trato de moverme pensando en como mierda llegue aquí y porque el imbécil esta acostado encima de mi quitándome el oxigeno sin camisa y abrazándome como si fuera una maldita muñeca.

Le golpeo la espalda.

La sexy y musculosa espalda querrás decir.

Ignoro eso y le vuelvo a pegar.

— Vuelve a dormir— Dice somnoliento acomodándose mejor y abrazándome más fuerte.

No puedo respirar. Mierda. Maldito animal.

— Muévete— Digo con la voz entrecortada

— Alya, son las...— Se asoma a ver el reloj— ocho y treinta de la mañana vuelve a dormir— Me tumba de un manotazo y se vuelve a acostar. Encima. De. Mi.

— Me estas aplastando las inexistentes tetas que tengo, muévete.

Siento su risa vibrar en mi pecho. Es una sensación cálida, boni...

NO. Lo odio.

Tanto que te toca recordártelo a ti misma, clarooo.

Me sacudo para que se mueva aunque se perfectamente que si pone un poco mas de fuerza no me voy a poder mover pero también se que no lo va a hacer.

Grune y se levanta...

Maldita vista de los dioses. Me quiero casar con el.

Eww, yo no.

Mentirosa.

Trato de razonar conmigo misma y de mantener la vista en sus ojos pero la mirada me traiciona bajando a recorrerle el torso y la V que le marca al final del abdomen que tapa su pantalón y no puedo evitar notar un trazo de tinta que tiene que no logro ver, realmente no se ve nada el pantalón cubre todo solo veo una linea, literalmente.

NosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora