POV DANTE
Estaba flotando en el inmenso mar de la nada, no sentía ni escuchaba nada más tampoco veía. Era como si ninguno de mis sentidos funcionara pero esto no me preocupaba en lo mas mínimo.
Toda mi alma explotaba de una paz incalculable, una sensación parecida a estar en los brazos de tu madre. De un momento a otro abrí mis ojos para toparme cara a cara con una figura.
O mejor dicho, un rostro pálido con marcas y símbolos que me eran imposibles de comprender, carecía de pupilas pero aún así sentía como si mi alma fuera observada y analizada cual espécimen raro.
Movió los labios pero su voz resonó en todos los alrededores, una voz grave y distorsionada con un leve tono femenino.
-Alma en pena, soy Evangeline, la entidad encargada de controlar las riendas del destino del mundo, el mundo al que tanto aborreces y el mundo que te dio la espalda sin razón. Te he traído a este plano existencial en tu forma espiritual para darte otra oportunidad. - Escuche atentamente cada palabra de aquella entidad, y aun sabiendo su poder, no sentí nerviosismo alguno.
- Pero en esta oportunidad, quiero verte triunfar, hacer suplicar a tus enemigos. Pues yo, Evangeline te doy mi bendición - Y así sentí como mi cuerpo se apagaba completamente, esta oportunidad no la desperdiciaría por nada ni nadie.
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Levantare los cielos solo con mi voluntad
De TodoLa tortura continuaba pero ya no dolía como antes. Tantas veces maldecí, tantas veces grite y tantas veces pedí clemencia que estos golpes puramente físicos no eran lo mismo que el principio. Sin embargo, aunque estos golpes ya no dolieran, la marca...
