Capítulo 6: Ángel Caído.

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—No, no, no, ¡¡NO QUIERO OTRO MÁS!! —chillo mientras trato de escapar, pero Alastor me detiene agarrándome de los brazos fuertemente por detrás de mi espalda, evitando que escape.

—Cálmate Hazel —intenta calmar Lautaro, pero continúo retorciéndome como un gusano —chicos, creo que se le subió la presión.

—¡¡Cálmate mujer!! —me dice Alastor sacudiéndome histéricamente por los hombros mientras él también entra en pánico.

Seguimos forcejeando entre exclamaciones e insultos. Axer se masajea la sien con los dedos y gesto cansado. Llega a su colmo y se desabrocha su cinturón de golpe y la deja colgando de su hombro.

Se acerca en paso decidido hacia nosotros y aparta a Alastor de golpe, pero sin ser tan bruto. Axer toma el lugar de Alastor y me sujeta ambos brazos fuertemente llevándome en dirección a mi cama. Me quedo descolocada por su repentina actitud, pero de inmediato me repongo y trato de forcejear como puedo. Me sienta en la cama de golpe. Hago un ademán de levantarme de ella, pero me dirige una mirada de cargada de advertencia que me deja helada, y me quedo sentada a regañadientes. Aparta la mirada de mí y nuevamente se descuelga el cinturón de su hombro y me ata las muñecas detrás de mi espalda con ella, manteniéndome inmóvil.

Mi rabia sube a segundos y vuelvo a forcejear desesperadamente para intentar liberarme. Todos (incluyendo al supuesto Lucifer) se posicionan en frente mío y me observan en silencio. Lentamente dejo de luchar contra el cinturón y los observo rencorosa.

Nos quedamos en un silencio tenso, mirándonos unos a otros.

—Esta es la parte en donde te presentas de una forma decente, capullo. —dice Drake de manera impaciente.

—¿Qué? ¡Ah, sí! —el aludido sale de su embalsamiento—. Yo soy Lucifer, parte de la soberanía del infierno, pecado del orgullo y soberano de ese lado del infierno. —dice con inmodestia— Mucho gusto, es todo un placer, bonita. —se gira de golpe hacia los cuatro— Y ustedes, montón de ratas, ¡¿qué creen que están haciendo?!

—¡Ey! ¿Cómo estás Luci? —Alastor toma el control de la situación con una sonrisa nerviosa. —¿Cómo supiste que no estábamos en el infierno? —dice entre dientes sin despegar su sonrisa.

Lucifer gira los ojos mostrando un gesto de obviedad.

—¿Creen que no me di cuenta que tres de los siete pecados capitales desaparecieron?

Alastor, Lautaro y Drake palidecen al instante. Observo de forma confusa a todos sin entender qué está sucediendo. Lucifer se percata de mi extrañeza y voltea hacia ellos de manera furiosa y los fulmina con la mirada.

—¿En qué maldito lío se metieron ahora ustedes, montón de idiotas mal nacidos?

—¿Cómo tú...? —Lautaro arruga el entrecejo y lo mira entre pasmado y confuso.

—¿Que cómo me enteré? —Lucifer sonríe como si fuera una pregunta ridícula—. El infierno ha estado sospechosamente tranquilo desde hace unas cuantas semanas.

—Un momento... —intervengo, atónita— ¿dijiste pecados? ¿¡Ellos son pecados?! —me sobresalto luego de procesar lo que dijo Lucifer.

—Ay no, tampoco están en un rango tan alto —añade Lucifer con una mueca disgustada—. Ellos son algo así como los descendientes de los pecados capitales.

¿Qué?

No sé bebé, esto es solo uno de mis tantos plot twists.

—Y ustedes nunca fueron capaces de decirme nada... —en este momento solo tengo el pensamiento de: ¿en qué otras me habrán ocultado la verdad? O peor aún: ¿en qué otras cosas me habrán mentido? — No. Nuestro trato termina aquí. —me muevo con decisión tratando de aflojar la atadura del cinturón— No pienso seguir con esto, no voy a...

Una Historia EncantadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora