𝗦𝗔𝗟𝗩𝗔𝗧𝗢𝗥𝗘 | Soy la sombra en la noche, la mano que sostiene a los caídos, la esperanza que susurra en los oídos de los desesperados. A los ojos del mundo, soy un héroe, un salvador, el pilar de la tranquilidad en tiempos de caos. Pero solo...
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EN NUESTRA FAMILIA, tan poco convencional, todo parecía sostenerse por hilos invisibles, frágiles pero firmes en apariencia. Cada uno de nosotros llevaba su carga de secretos, sus propios demonios, pero habiamos lográbamos avanzar, esquivando las grietas del pasado y las sombras del presente. Era un equilibrio precario, pero funcionaba.
Una palabra mal dicha, un gesto malinterpretado, un nuevo hermano y nuevas verdades y todo se desmoronó como un castillo de naipes. La equivocación, pequeña e insignificante en su concepción, fue la chispa que encendió la llama del caos. En un instante, el frágil tejido que mantenía unida a nuestra familia se desgarró, revelando la cruda verdad de nuestra realidad: éramos una mentira
Vi la decepción en sus ojos, sintió la dureza de sus juicios. La crueldad se infiltró en cada rincón de nuestra casa, llenando el aire de reproches y resentimientos. Cada mirada era un cuchillo, cada silencio un grito de acusación. En su ignorancia, no veían que su error no era más que un síntoma de un problema mayor, de un dolor que todos compartíamos
El egoísmo reinaba supremo. El solo defendía su propio rincón de miseria, negándose a ver el sufrimiento de nosotros. No éramos una familia, éramos extraños compañeros
Lo odiaba,¿ No veía que lo único que hacia dañar por un sueño estupido?
En ese momento comprendí lo frágil que era nuestra existencia juntos. Cómo todo puede romperse en un instante, por un desliz, por un susurro. Y sentí la pérdida, el desperdicio de lo que podríamos haber sido si tan solo hubiéramos sabido perdonar, si hubiéramos tenido el valor de enfrentar nuestros miedos y nuestra debilida.
Pero ya era tarde. El daño estaba hecho, y no había marchado atrás. Así es como, con una sola equivocación, todo se rompió, y nuestra familia quedó deshecha, dejando solo un vacío que nunca podríamos llenar.
─ Volveremos a ser como antes?
─ Nunca Hatsuyuki, deja de ser tan ciega y mira lo que pasa, lo que nuestras acciones hacen
