Hay momentos en los que pienso que no soy lo suficiente para nada ni para nadie. Que me puse en contra de mi misma, que no soy individual, solo una careta que pretende llevarse bien con todos y encajar en todos los contextos. O que sí lo soy, y eso me da miedo, porque un resbalón puede significar caer en el ego más despreciable. Aquel lleno de acusaciones egoístas y "porqués". En esos momentos lo siento todo como una telaraña pegajosa. Una fácil de romper pero imposible de deshacer. De esas que tienes ante tus ojos pero al desenfocar la vista no la ves y terminas chocándote de lleno con ella. Un fastidio absoluto acompañado del pánico de saber que tienes a la creadora encima. Una telaraña frágil que segmenta el mundo en pedacitos que eres incapaz de comprender y pone en contra a tu razón con tus ideales y sentimientos. ¿Qué será de mí si pierdo lo que me hace sentir yo? ¿Acaso eso existe? Una esencia o un alma. Si existen creo que sé muy bien lo que es traicionarla de la manera más ruin.
(Se siente horrible escribir sobre esto. Es como una queja o como autocomerse el culo).
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Lo que la Música Inspira.
Storie breviMicrorrelatos creados gracias a las canciones que escucho. Muchas veces los escribo como manera de despejarme o porque se me vienen a la mente de camino a algún lado.