Manchas y puntos

Capítulo 19

¡Lo siento a todos! Perdí la noción de las fechas y todo, y olvidé por completo publicar esto antes. Espero que todos lo disfruten, independientemente. ¡Y espero que todos hayan tenido una excelente Navidad y espero que todos tengan un Feliz Año Nuevo! ^^

¡Ahora es luna llena! Lo que significa – redobles de tambores – ¡Hombre lobo contra Zoan Wolf! ¡Esto será muy divertido! ^^ ¡No puedo esperar para escribirlo!

Descargo de responsabilidad: No, no soy dueño de Harry Potter ni de One Piece.

Reclamador: Sí, soy dueño de Vito. ¡Es tan jodidamente lindo! X3

Aquí comienza el capítulo

Algo no le sentaba bien. Nada era fuera de lo común en los alrededores del Bosque Prohibido, la patrulla de Jyabura para pasar la noche. Lucci dudaba que hubiera fuerzas enemigas en el bosque, pero no quería correr el riesgo de no controlar y dejar que los enemigos hicieran lo que quisieran. El hombre es muy minucioso y espera que sus agentes sean iguales con su propio trabajo para que puedan brindar la mayor cantidad de información posible cuando interroguen. Una cosa que hicieron en Enies Lobby fue darle toda la información necesaria a Spandam, pero todos los detalles fueron para Lucci. Incluso cuando estaba en Water Seven, lo llamaron y le informaron sobre todas las operaciones.

El chasquido de una rama lo sacó de sus pensamientos, haciéndolo saltar y gruñir hacia la fuente del sonido. Sólo para que una ardilla saliera corriendo, se congelara al ver a los dos caninos y luego se escabullera lo más rápido que pudo. Miró al inocente arbusto, preguntándose si su magia lo quemaría mientras está en forma de Grimm. Probablemente no.

"¿Estás muy nervioso?" Bromeó Jyabura, parándose junto a él en su forma de lobo por petición de Sirius. Dijo que a la mayoría de las criaturas del bosque no les importan otros animales, pero que todos se arriesgarían a atacar a un par de humanos. Así, las formas animales. Y no se le permite usar su camisa, pero cree que es para el placer de su amante mayor que cualquier otra cosa.

Sirius gimió en voz baja, con las orejas pegadas al cráneo y la cabeza gacha. No fue un acto de reconocer el dominio de su alfa o ser regañado por él. Era la forma que tenía el mago de decirle a Jyabura que tenía un mal presentimiento pero que no sabía qué era.

Jyabura entendió el mensaje, aguzó el oído y miró a su alrededor. Nada sonaba fuera de lo normal ni olía mal. Lo que significa que probablemente era algo más que molestaba a su amante, algo sobrenatural. Resoplando ligeramente, empujó su cabeza para seguirlo mientras continuaban caminando por el bosque. Sus ojos se mantuvieron alerta y sus oídos alerta, mirando cada sombra al menos dos veces para asegurarse de que no hubiera nada escondido dentro.

El lobo finalmente los llevó al borde del bosque, con el castillo aún a la vista pero lo suficientemente lejos como para que no los vieran tan fácilmente. El Sauce Boxeador también estaba en el alcance visual, las delgadas ramas se agitaban perezosamente con la brisa nocturna. Sirius se sentó, contemplando la vista nocturna antes de inhalar profundamente mientras sus ojos se cerraban.

Jyabura ladeó la cabeza antes de mirar hacia arriba y sonreír con picardía. Echando la cabeza hacia atrás, dejó escapar un aullido atronador a la luna llena que brillaba muy por encima de ellos. Sirius saltó ante el repentino aullido, gruñiéndole al lobo que reía antes de saltar lo suficiente como para agarrar la oreja de su alfa y darle un fuerte tirón. El lobo siguió riendo, apartando la cabeza (y la oreja). "Vamos", le animó. "¡Aúlla conmigo!"

Sirius lo miró con incredulidad mientras Jyabura levantaba la cabeza y aullaba. No era como el anterior, que era bullicioso y pretendía llamar la atención con brusquedad. Éste es constante, rico y profundo. Dibujado en un tono uniforme que se dejaba llevar por el viento. Sirius podía sentirlo burbujear dentro de su cuerpo antes de liberarse. Levantó la cabeza y aulló junto a su alfa, su lobo, su amante. Sus voces se enredaron en el aire, mezclándose en un suave coro de dos caninos.