Caramelo de canela (Adaptación Kookv)

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Episodio 1

Una luz tenue se filtraba a través de las cortinas. La brumosa luz del sol caía sobre la espalda desnuda de la cama, donde estaban arrugadas las sábanas blancas.
El hombre levantó lentamente los párpados cuando el lugar calentado por el sol se ilumino lentamente y se volvió rojizo. Sus ojos brillaron, por lo que frunció el ceño por un momento, luego dejó escapar un grito y estiró los brazos como un gato. Su brazo largo y delgado se extendió hacia la cabecera de la cama, empujando las sábanas y la almohada.
Se tallo las marcas de uñas rojizas en el lado del hueso de su cadera donde brillaba la luz. Era señal de una intensa historia de amor. El hombre se rascó la espalda, se estiro y se quejó, estuviera o no una adolorido, y luego estiró el brazo. Seguido de un prolongado bostezo.

El hombre se cepilló el cabello desordenado con los dedos y bajó las piernas de la cama. Como si moverse de manera apresurada fuera imposible, se desplomó de costado sobre la cama de nuevo y se enrolló sobre la manta, y solo después de un rato, se retorció para por fin levantarse.

La manta se deslizó sobre sus pies, exponiendo su cuerpo desnudo a la luz. El hombre se levantó, frotándose el cuello rígido de lado a lado. La curva que caía desde sus anchos hombros hasta su estrecha cintura, parecía haber sido dibujada de un solo trazo con la punta de un bolígrafo humedecido en tinta roja, y sus nalgas levantadas eran regordetas y firmes. La persona con la que estuvo anoche debía saberlo, ya que había huellas de manos rojizas en sus inmaculadas nalgas.

El hombre miró hacia el baño una vez, luego se sentó en la cama y alcanzó la mesa. golpeando el paquete de cigarrillos sacó uno, se lo llevó a la boca y lo encendió. Hundió bien sus mejillas y aspiró, luego sostuvo en su mano la nota que le habían dejado debajo del cenicero.

"Ayer estuvo bien. Hasta luego"

Una marca de labios rojos también quedando como sello. El hombre se río entre dientes y arrugó la nota y la arrojó a la basura. Lo que estaba buscando no era una nota inútil, sino lo que había debajo de ella.
Era el precio a pagar. Contó los billetes amarillos uno por uno, esperando que valiera la pena los arañazos en su cuerpo. Ella le dio un poco más que la cantidad original.

"Nada mal"

Como si el hombre se estuviera desahogando, dejó escapar una breve bocanada de humo. Cuando estaba a punto de moverse rápidamente, sostuvo entre sus labios el filtro durante mucho tiempo, lamentando el poco tiempo restante. A diferencia del montón de billetes rígidos atrapados entre sus dedos, los bordes de su billetera negra eran rugosos y desgastados.
Poco después apagó el cigarrillo que había fumado en el cenicero y se levantó dando un estiramiento. Quería hundir perezosamente su cuerpo machacado en agua caliente. Le palpitaban los músculos de todo el cuerpo por haber dormido en el borde de la cama toda la noche. Podía permitirse el lujo de ser codicioso. Todavía quedaba algo de tiempo antes de partir.

Hoy no empezó diferente a otros días.

***

Cuando estaba en su último año de secundaria, su profesora le dijo. "No renuncies a tus sueños, si trabajas duro, un día tu sueño se hará realidad. El esfuerzo no traiciona a nadie".

El joven Kim Taehyung resopló. El profesor no dijo la verdad: incluso si uno no traiciona sus esfuerzos, la realidad a menudo contraataca. Fue como un sueño. A menos que la realidad lo apoye, los sueños son como encontrar una aguja en un pajar. Se dice que hay personas que superaron las adversidades y lograron sus sueños, pero ¿no son pocas como para aparecer en los medios? No todo el mundo pudo superar circunstancias difíciles y escribirse una historia exitosa.