🥊 capítulo 1🥊

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El sudor brillaba sobre la piel de Mingyu, y una gota rodó por su espalda. A Wonwoo se le hizo agua la boca, este era el momento favorito del día de Wonwoo. Se suponía que era su hora de estudio. En cierto modo, lo era, excepto que, en lugar de estudiar para su próximo examen, Wonwoo se dedicaba a memorizar cada centímetro del cuerpo de Mingyu. Se le escapó un resoplido. Afortunadamente, el sonido de los puños, los rodillazos y las patadas de Mingyu golpeando el saco de boxeo ahogó el ruido. Wonwoo ya conocía cada detalle del cuerpo de Mingyu. Probablemente podría dibujar al hombre basado solo en su memoria. En la oscuridad. Con los ojos vendados. Mingyu era el compañero de cuarto de Wonwoo. Bueno, "compañero de cuarto" podría ser una exageración, considerando que Mingyu era un millonario mientras que Wonwoo se hallaba en la ruina. Aun así, vivían juntos. Wonwoo optaba por no presionar demasiado en la semántica del arreglo.

Cada día, después de su última clase, Wonwoo llegaba allí para recibir un aventón a casa en compañía de Mingyu. Él tenía un auto propio, pero si elegía usarlo, extrañaría esto. Todos los días, Wonwoo se sentaba en el mismo lugar, con un libro en mano y añorando lo que nunca podría tener. Kim Mingyu era un campeón de la MMA de peso semipesado. Le llevaba catorce años a Wonwoo, tenía más dinero del que Wonwoo jamás podría soñar tener, y ningún interés evidente en nada más allá que pelear. Wonwoo no era nadie. Era un estudiante universitario cuyo hermano le había encontrado un lugar para quedarse en un estado donde no conocía a nadie. Vivir con Mingyu era el cielo y el infierno. Wonwoo lo deseaba. Y nunca sucedería. Los duros músculos de Mingyu se tensaron y rodaron con cada movimiento que hacía, Wonwoo se sorprendió viendo mantener el ritmo de golpes a Mingyu. Puño. Uno. Dos. Patada. Tres. Cuatro. Rodillazo. Cinco. Seis. Contrarrestar.

Mingyu se giró y lo sorprendió mirándolo. Los brillaron con buen humor, los músculos del estómago de Wonwoo se apretaron con deseo ante esa visión. Los sensuales labios de Mingyu se elevaron en las esquinas. —¿No se supone que deberías estar estudiando?

Wonwoo tragó más allá de la lujuria que le aplastaba la tráquea. —No te preocupes, voy aprobando todo.

—Maldita sea que lo harás —dijo Mingyu, secándose el sudor de la frente—. Y espero que se mantenga así — Mingyu hizo un gesto con una mano envuelta en cinta en dirección a Wonwoo, mientras que cambiaba su enfoque a su compañero de entrenamiento habitual, Jeonghan, quién estaba haciendo ejercicio cerca de ellos—. Este chico curará el cáncer algún día.

El calor subió por las mejillas de Wonwoo. Esta era otra razón por la que no podía dejar de fantasear con Mingyu. El hombre era jodidamente increíble. Por fuera, Mingyu era la perfección. Tenía más de metro ochenta y noventa kilos de musculo. Cabello negro y ojos oscuros con profundas líneas en las comisuras de la boca cuando sonreía. Wonwoo juraba que los ángeles suspiraban cuando Mingyu se reía. Pero, por dentro, Mingyu era un millón de veces mejor. Cuando Wonwoo se mudó a Seúl desde Changwon para obtener su título de médico en Yonsei, sabía que se dirigía a lo desconocido. Su plan original había sido irse a vivir con su hermano mayor Seokmin, quién era un infante de marina estacionado en Incheon. Dos semanas después de que Wonwoo comenzara la universidad, Seokmin fue llamado inesperadamente. Tres meses más tarde, Seokmin fue asesinado por una bomba. Mingyu había aparecido, dijo que había prometido cuidar de Wonwoo si algo le pasaba a Seokmin. Y dos años más tarde, Mingyu todavía mantenía ese voto, nunca haciendo que Wonwoo se sintiera mal recibido o como si fuera una sanguijuela. Por supuesto, Wonwoo tenía la intención de compensárselo todo a Mingyu, algún día. Por eso nunca daba menos que todo. Wonwoo se lo debía a este hombre.

—Vas a necesitar ese título de médico si sigues frecuentando a este tipo —dijo Jeonghan, atrayendo la atención de Wonwoo hacia él—. Un anciano que lucha por superar su mejor momento necesita un buen médico en la esquina —Jeonghan rio mientras pretendía golpear a Mingyu en las costillas.

sweet fighter | mwDonde viven las historias. Descúbrelo ahora