¿Eres un Dios?

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Unos cabellos de color oscuro como el carbón se mueven al compás del viento que resopla en aquella mañana.


Su mirada se encuentra clavada en los rubios cabellos de una joven de ojos celestes, la cuál esta acariciando a un dragón serpentino de piel anaranjada, mientras están en unos puertos.


Con mucha gente paseando de un lado al otro.





-No vayas a comértela con la mirada amigo -Bromeó un chico rubio dándole un codazo a su compañero-


-Mejor cállate sino quieres terminar como comida de leones.


-Uy que carácter -Fingió indignación-


-¿De que están hablando? -Preguntó la ojiceleste mientras se acercó a sus nuevos compañeros-


-Estábamos hablando de... -Al notar la mirada asesina de su amigo sobre el sonrió con nervios- De cosas... ¡Si! cosas.


-Esta bien... -Dijo sin estar completamente convencida de esa respuesta- ¿Para que estamos aquí?


-Compraremos algunos suministros y de paso veremos si hay alguna "misión" que nos de alguna ganancia...


-Así que... ¿Son como unos cazarecompensas?


-Es una manera de decirlo -Comentó Leif-


-¿Y ya decidiste que nombre le pondrás? -Señalo el pelinegro a la Gancho Terrestre-


-Aún no, y eso que ha pasado bastante tiempo desde que nos conocimos... pero creo que esta sería mi primera "misión" con ustedes.


-Si, por suerte hemos tenido una gran cantidad de monedas para mantenernos por un tiempo, ¿No es así Félix?


-No podría haberlo dicho mejor


-¿Qué tipos de cosas hacen para conseguir ese precioso dinero?


-Somos muy flexibles. Pero claro, tenemos nuestros limites.


-¿Hasta donde llegan esos "limites"?


-No matar niños, embarazadas, ancianos, ese tipo de cosas -Dijo el pelinegro-


-Aceptable...


-Entonces en nuestra lista tenemos que buscar algunas de las siguientes cosas; Comida, vino, algunas telas porque parece que el único que le da algo de prioridad a su aspecto soy yo -Dramatizo el rubio-

Dragones: Crónicas de GrimbornDonde viven las historias. Descúbrelo ahora