¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— Capitulo no corregido!
— ¿Estás llorando?
Preguntó bastante burlón el albino.
— Por supuesto que no!
Miro bastante molesta e irritada Utahime, quien estaba debajo de un pequeño escombro ocasionado por el mismo albino.
Recapitulemos un poco de lo que había pasado antes que llegara nuestro gran protagonista.
Nuestra despanpanante Mei Mei se encontraba como siempre tranquila buscando algún tipo de prueba que de a entender haber demonios en dichosa mansión, por otro lado, teniamos a nuestra timida y ansiosa Utahime, la cual, abría con fuerza cada habitación hasta que de un momento a otro se dio cuenta que las habitaciones restantes eran muy similares.
De un minuto a otro se volvió a topar con Mei Mei y pusieron en marcha el plan de Utahime, un plan bastante simple y directo pero que para Utahime daba resultados su liberación de la mansión ya que estaban atrapadas en un bucle.
Mei mei por darle el gusto a Utahime la calificó y comenzó el plan, ambas corriendo y Utahime contenta empezó a correr y gritar que había funcionado pero la triste realidad era qur había funcionado gracias a que Satoru destruyó la Mansión, cosa que Mei Mei había presentido antes de tiempo, por tal razón ella no sufrió ningún roce ni golpe.
Tras esto, volvamos en donde nos quedamos principalmente.
— Si ese fuera mi caso, me consolarias?
Habló Mei Mei interrumpiendo a Utahime, con una sonrisa bastante picara.
— Pero tu eres muy fuerte, no es cierto preciosa? —respondió mientras se acercaba a Mei Mei— Aunque no me molestaría consolarte de otra forma si así lo deseas.
En ningun momento se le fue la sonrisa divertida y picara del rostro a nuestro albino, quien indirectamente coqueteaba con Mei mei, quedando a pocos centímetros de la misma.
Utahime al sentir ignorada y minimizada, se levantó como pudo de los escombros y le refutó.
— OYE GOJO, YO NO NECE-
Una maldición de 2do grado apareció a espaldas de Utahime, justo cuando la joven se estaba poniendo de pie para encarar al albino, fue interrumpida por la maldición ya que ocasionó un fuerte sonido.
Un chillido de espanto salió de Utahime y en solo milisegundos la maldición fue deborada por una de las tantas maldiciones de Suguru.
— Oye Satoru, no es bueno burlarse de los más debiles.
Comentó con una sonrisa Suguru.
— Quien es tan estupido para burlarse de los fuertes?
