° Capítulo uno

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Jeongin volvia a casa de otra cita "exitosa"...

Fue a un restaurante en el centro de Londres porque le habían organizado otra cita a ciegas con un alfa.
Su nombre era Paul (o eso le entendió, Jeongin ya no se acuerda), y era el alfa más aburrido que vió en su vida.
Se la pasó toda la velada hablando de si mismo, de su trabajo, de sus expectativas en la vida, de su prototipo de pareja... y para colmo, lo miraba y se le insinuaba como si fuera una prostituta. Todo un modelo (de idiota).

Cuando empezó con sus insinuaciones Jeongin trató de rechazarlo de la manera más sutil posible, pero entonces intentó tocarle los muslos por debajo de la mesa y ahí es cuando perdió los estribos, se levantó, le dió un cachetazo, le echó un vaso de agua en la cara y le dijo con su peor cara que no se le ocurra acercársele otra vez. El hombre se indignó con la actitud de Jeongin, tachándolo de "exagerado" y salió hecho un humo del local.

De camino a su casa llamó a su amigo Félix para comentarle de su noche, y quedaron en reunirse en la casa de Jeongin para comer chatarra y ver películas por Netflix.

Conocía a Félix prácticamente de toda la vida. Fueron al jardín juntos, y se cayeron bien de inmediato. Sus padres, al ver lo bien que se llevaban, decidieron enviarlos a las mismas escuelas para que siguieran el curso de su amistad y se criaron casi como hermanos.

Jeongin no entendía porque los alfas tenían que ser tan idiotas.
Si, el era un omega, y uno educado, gentil y todas esas idioteces básicas que caracterizan a uno. Lo que no toleraba es que los alfas intentaran propasase todo el tiempo. Estaba a muy poco de empezar a salir con betas, alguien que cause menos problemas.

—Creo que voy a empezar a salir con betas, estoy harto de los alfas— dijo Jeongin tirado en el sofá, comiendo de una bolsa de papas fritas, buscando alguna película buena que ver.

—Es una buena idea, siempre que no extrañes los nudos de los alfas— le comentó Félix, robándole de sus papas. —Ni que prácticamente pueden levantarte con una mano, ni su instinto protector, ni-—

—Si, ya, entiendo tu punto, no hace falta que sigas, muchas gracias Félix— le interrumpió Jeongin con expresión aburrida.

Sabía que los omegas están naturalmente atraídos a los alfas, a él en particular le gustaban los alfas altos, fornidos, que lo hagan sentir protegido. El problema era que la mayoría tenían un ego de mierda que despertaba lo peor en Jeongin. Ya le había pasado en múltiples ocasiones, salir con un alfa apuesto por un tiempo, sólo para dejarlo (o que lo dejen), porque tenían esas actitudes tan arcaicas que le daba ganas de lanzarles un plato por la cabeza (si, lo había hecho).

Asi que si, ahí estaba Jeongin, un sábado por la noche tirado en su sillón comiendo chatarra y viendo películas con su mejor amigo omega.

—¿Y si salimos a un club?— le preguntó Félix. —Vamos, necesito alcohol y diversión. No es que seas aburrido, sólo necesito del ambiente ruidoso y unas cuantas cervezas, ¿si? ¿por favor?—

Jeongin suspiró y rodó los ojos exasperado, pero pensando.
—¿De verdad quieres salir? ¿No prefieres pasar la noche comiendo papas, comida china y viendo Grease?—

—Nop. Necesitas sacarte a ese idiota del sistema. Necesitamos alcohol. Necesitamos fiesta. Necesitamos un club.—

Y sólo necesitó de esas palabras para convencerlo de levantarse a ponerse algo decente para salir de fiesta.

Llegaron a un club en el centro de la ciudad, y fueron directamente a la barra a pedir cervezas para los dos, para lo cual ya habían varios ojos puestos en ellos.

La pista estaba llena de personas, y las esencias se mezclaban constantemente, lo que los motivaba a bailar pegados al compás de la música.
Tanto alfas como betas se les acercaban a cada rato para intentar bailar con ellos, pero Jeongin y Félix solo bailaban entre ellos, divirtiendose y riéndose todo el tiempo, retándose a hacer los pasos más ridiculos.

Después de bailar por un largo rato, Félix le dice a Jeongin que necesita ir al baño, por lo que se separan.
Jeongin volvió a la barra para seguir tomando tragos, cuando el barman le acerca una copa de algún trago exótico, diciéndole que un alfa desconocido pagó por él. Se da la vuelta para ver quien le regaló la bebida, y se encuentra con un hombre alto y de ojos rasgados que lo miraba de lejos. Al hacer contacto visual, el hombre se levanta y se acerca a Jeongin, preguntándole si el asiento de al lado está ocupado, sentándose de todas maneras.

El fuerte olor a tabaco y menta que desprende el alfa hace que Jeongin arrugue la nariz y quiera irse al otro lado de la barra, pero el alfa testarudo sigue hablándole, presentándose como Mike, y queriendo comprarle otro trago para que sigan conversando.

Jeongin, queriendo ser educado, pero ya sintiéndose exasperado, le dice su nombre al alfa y le dice que está acompañado, por lo que debe irse; pero el alfa le toma de la muñeca y le dice que es demasiado bonito para dejarlo ir, que debería hacerle compañia.

Ya cansado de la situación, Jeongin intenta soltarse del agarre del alfa, y buscando con la mano en la mesa, encuentra la copa del trago y se lo avienta en la cara. El alfa, enojado con la situación, está por golpear a Jeongin cuando otra persona, un chico alto y de pelo rizado le toma del brazo levantado al de ojos rasgados y le dice
—¿Que nadie te enseñó a no levantarle la mano a un omega? ¿Por que no vas y buscas diversión a otra parte?—

El aura que desprendía el rizado era potente, y tenía un aroma a bosque y lluvia que llamó la atención de su omega.

El alfa de ojos rasgados miró fijamente al otro por unos largos momentos, hasta que decidió que no valía la pena pelear por un omega cualquiera, por lo que se levantó todavía molesto y se fue al otro lado del local.

—¿Te ha hecho daño?— le preguntó el alfa a Jeongin.

—Por supuesto que no, ese tipo era ridículo.—

—Me llamo Hyunjin, mucho gusto.—

—Un gusto, me llamo Jeongin.—

—¿Estás solo? ¿Necesitas algo?—

—No gracias, vine con un amigo.—

—Si quieres puedo hacerte compañia hasta que vuelva. Ya sabes, para que no te sigan molestando.—

—No te preocupes, puedo cuidarme solo. Gracias por el ofrecimiento.—

En ese momento, Félix apareció de entre la gente y abrazó a Jeongin por los hombros, pidiendo otra cerveza y mirando de reojo al alfa que estaba cerca.

—Jeongin, acabo de conocer al alfa más jodidamente hermoso que hayas visto, tienes que conocerlo! Hola, soy Félix, amigo de Jeongin. ¿y tu eres...?— preguntó al alfa que seguía cerca de ellos, con mirada desconcertada.

—Uhm, soy Hyunjin, mucho gusto. Tu amigo Jeongin es muy interesante.—

—Lo se, es una caja llena de sorpresas. Vamos Jeongin, quiero presentarte a este alfa, juro que vas a babear.—

—¿Les importa que los acompañe? Así no los molestarán otros alfas, y de todas maneras también debo buscar a mis amigos, los he perdido en la pista.—

—Claro, no hay problema, quédate cerca.— Le dice Félix, guiñándole un ojo, y tirando de su brazo y el de Jeongin para ir nuevamente a la pista.

Iba a ser una noche muy interesante...

(You're the) Devil in Disguise - Omegaverse (Hyunin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora