Esto jamás me imaginé un día estás tan cómodo con tu vida al día siguiente, eres enviado a un mundo donde los poderes son reales y posees uno de los objetos más poderosos de la ficción.
El omnitrix un aparato que te puede, convertir a cualquiera en...
Eri era una pequeña muy inquieta, eso es algo que ella misma sabía y le gustaba ser de ese modo no le importaba mucho la opinión de los demás, es como su padre le dijo " La opinión de desconocidos no le tomes importancia, solo lo que están más cercanos a ti" eso la hizo hacer, lo que actualmente está ocurriedo.
Llendo dónde ahora se encontraba su padre durmiendo en su mesa de trabajo, algo que es muy extraño de su padre usualmente no duerme o muestra síntomas de cansancio, pero supone que ya llegó a su límite. Girando a los lado como era de habitual en el laboratorio no se encontraba nadie, este lugar solo tenía permitido entrar ella y su padre nadie más incluso la señorita takeyama no podía entrar a este lugar aún.
Con paso confiado la pequeña álbina tomo de su bolso un pequeño cubo, que lo tiro y se transformo en una silla. Con cuidado de no despertar a su padre busco con sus ojos rojos el artefacto que tanto le gustaba jugar y ver a su padre transformar.
Sonriendo al ver que su padre dejo libre su muñeca derecha, se subió a la mesa de trabajo y con cuidado tocó el botón apareciendo el holograma de fuego.
— Fuego no, quiero gatito — se repitio girando el dial, ahora apareciendo una silueta de un tragón y con eso siguió hasta que su ojos se iluminaron al encontrar a su alien favorito — gatito — murmuró presionado el dial y sacando un gran destrello.
La silla como la mesa empezaron a agrandarse, acoplandose perfecto al nuevo tamaño que ahora Mahito poseía.
Lamiendose los labios y soltando algunos gruñido el appoplexian, no se despertó y solo se recostó como un gato grande en la mesa soltando leves ronquidos, que parecían ronroneos.
Eri estubo felíz de ver a su padre transformado en el appoplexian, y quiso lanzarse encima de el y sentir el suave pelaje que tanto le gustaba pero eso obligaría a su padre a despertar y lo seguro volviera a la normalidad.
A si que usando su todo su intelecto de una niña de 6 años actualmente, pensó como podría hacer que su padre se quede en esta forma más tiempo. Luego de unos segundos sintió como su padre ahora transformador en una gran tigre se movía, ahora recostandose en la silla dejando que su brazo caigan, provocando que el suelo fuera cortado por las afiladas garras que poseía en las manos.
Ignorando que las garras cortaran como mantequilla el suelo de acero reforzado, la pequeña observó atentamente el símbolo del Omnitrix justo en el centro del estomando.
Recordando algo que dijo su padre asé mucho tiempo, sobre una función de bloqueo si era necesario hacerlo, ignorando que una mujer de cabello negro y ojos azules entrara extendió sus manitas al símbolo del Omnitrix.
— Espera niña... — kaina intento detener pero llegó tarde, un destrello se produjo y abrió los ojos al ver que esa forma de tigre naranja empezó a cambiar.
Las garras se agrandaron le creció una melena castaña, junto a más garras por encima, igual que los codos su pelaje se empezó a opacar y su rostro empezó a tomar una forma más agresiva, su tamaño empezó a aumentar rompiendo su trage creando un chaleco por el desgarre.
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