Este es para mí [Tsukkiyama]

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El impacto que recibió en sus posaderas lo hizo jadear de dolor, apoyando las manos en la arena artificial que había en aquel parque.

- No les he hecho nada... déjenme en paz...

Dijo a punto de que las lagrimas se escaparan de sus ojos, pero entre los dos chicos que lo molestaban pronto apareció una figura que se quedó parada observando la escena. Sus ojos se centraron en el chico y de inmediato sintió su corazón acelerarse al ver los ojos dorados sobre el. Cabello rubio, sudadera morada y unos lentes negros que cubrían perfectamente sus ojos.

Su mirada desinteresada logró capturarlo por completo y solo pudo suspirar bajo ante las sensaciones tan repentinas que le había causado aquel niño con tal solo mirarlo.

- Patético.

Los tres chicos se quedaron inmóviles viendo como el chico se marchaba de allí, pero Yamaguchi rápidamente se había puesto de pie para seguir a aquel niño, los otros dos no hicieron nada por perseguirlo y simplemente se fueron cabreados de allí.

- ¿Cómo te llamas?

- No te interesa.

- No seas grosero.... ¡Yo soy Yamaguchi Tadashi!

- ... Tsukishima Kei.

El rubio avanzó más rápido ante la sonrisa radiante que el otro le había dedicado al escuchar su nombre.

- ¡Espera Tsukki!

Así es como todo había empezado para ellos, el verdoso siguiendo al más alto por aquí y por allá, nadie más en la escuela se le acercaba porque le tenían miedo al rubio.

Solo Yamaguchi se había dado cuenta de que no era grosero ni mucho menos malo, era algo borde pero así era su personalidad, desde el punto de vista de Tadashi eso era lo que lo hacía ser "él".

Tsukishima comenzó a acostumbrarse a la carismática y alegre personalidad del pecoso, ambos se habían vuelto amigos cercanos en cuestión de algunas semanas. Iban a las casas contrarias a comer desayunar e incluso hacer algunas pijamadas en donde terminaban viendo películas de fantasía o sobre dinosaurios.

Con el pasar de los años aquella relación seguía siendo tan estrecha como cuando eran niños, habían decidido ir a la misma preparatoria, y con ello la distancia simplemente no existía.

Yamaguchi podría decir que conocía todo sobre Kei, sabía lo mucho que le gustaban los dinosaurios, que cuando estaba nervioso siempre tendía a apretar sus puños o acomodarse constantemente sus gafas, que cuando estaba nervioso siempre miraba de un lado para otro, que cuando estaba molesto su nariz se arrugaba y su mirada hacia aún más clara aquella emoción, simplemente lo conocía mejor que a si mismo.

Incontables recuerdos manchaban su historia de colores, siempre habían tenido una relación cercana.

Pero a Yamaguchi cada vez le costaba controlarse más.

- Esto... ¿se lo puedes entregar a Tsukishima?

- Claro..

La sonrisa forzada que salió de su boca pareció convencer a la chica que se acababa de ir corriendo del lugar con las mejillas alborotadas y muriendo de nervios.

Guardó la carta en su bolso y luego se dirigió al baño, en donde se encontró a Tsukishima saliendo.

- Hola Tsukki, ahora voy a la práctica.

- Te espero afuera.

El pecoso le dedicó una sonrisa radiante y entró a uno de los cubículos, escuchando la puerta principal de los baños cerrarse.

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⏰ Última actualización: Jun 20 ⏰

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