Andréi Volkov
Estoy desayunando y entra Alex.
—Tengo malas noticias —Habla apurado.
—¿Lo suficientemente malas como para interrumpir mi desayuno? —Digo tranquilo.
—Sí, así de malo.
Me enderezo en mi asiento y lo miro fijamente.
—Entonces habla, ¿qué sucede?
—Los chicos estaban haciendo el inventario semanal de las armas que se están terminando de construir, Andréi, robaron una gran cantidad —Me observa esperando mi reacción.
—Explícame como es sucede algo así en un lugar que tiene máxima vigilancia día y noche.
—Mi sospecha es que tenemos una rata, de seguro es por parte de los la mafia siciliana sabes que cuando dejamos de proveerles quedaron muy molestos.
—Pues que se metan su molestia por el culo y más allá si pueden, me robaban mi mercancía para venderla como si fuera suya, no me iba a quedar de brazos cruzados, más bien que agradezcan que solo termine los negocios y no hice nada más.
—Bueno, tenemos que hacer una lista de las personas quienes tienen acceso a las armas e interrogarlos, puedo mandar a Frank a ese trabajo, sabes que ama interrogar.
—Hazlo, hoy cerraré el trato con Niccolò, después de esa reunión quiero ver la lista y que investiguen si alguien de aquí se comunicó con algún siciliano.
—Sí, jefe.
—La exhibición es a las 7, irás conmigo.
—Esta bien, por ahora pondré en marcha lo de la rata.
—Si es cierto que esos malditos son los responsables, entraremos en guerra, les di una oportunidad y no la aprovecharon, ahora vete y déjame desayunar en paz.
—Sigue desayunando entonces —Se ríe mientras sale de la cocina esquivando una cuchara que le lancé.
Ahora sí, a comer.
***
Miro los papeles y firmo solo algunos antes de que llamen a la puerta.
—Adelante.
Entra Irina, la secretaria.
-Señor, tiene una junta en 5 minutos con los compradores chinos.
—Alista la sala de juntas y dile a Damién que me espere allá, en un momento iré.
—Sí, señor, permiso —Dice y abandona mi oficina.
Agarro fuerte mi cabeza al sentir punzadas en las sienes y espero un rato antes de levantarme.
Tomo mi saco y me dirijo a la dichosa reunión, tengo una maldita resaca del demonio como para hacer una jodida junta ahora.
Cuando entro ya está Damién.
—Buenos días, jefe.
—Buenas, ¿tienes lista la presentación? Es importante conseguir que firmen y ampliar mi administración.
—No se preocupe, todo listo.
Llaman y entra Irina con los representantes chinos.
Y empieza la junta con la presentación correspondiente.
Luego de dos horas consigo la firma de los chinos y un trato más a mi favor.
—Un placer hacer negocios —Digo estrechando su mano.
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El Arte De Estar Contigo
RomanceÉl, temido y respetado líder de la mafia Rusa en busca de venganza por la muerte de su hermana. Ella, una bella y amable artista que sin saberlo termina entre las redes de la mafia. Él solo quiere encontrar al asesino de su hermana y ella solo bus...