જ⁀➴ Un novio para Joshua

t r e s

Hoy se siente tan extraño, por más que lo intento no puedo concentrarme en las clases, puedo escuchar al profesor hablar, pero en realidad ninguna palabra llega a mis oídos, mi mente está divagando, pensando en lo de ayer, más exacto en el nombre de Jeonghan, quien de hecho está sentado en mi lado, tan concentrado haciendo anotaciones.

Jimin me dijo que se encargaría de avisarlo a los que fueron elegidos, eso significa que Jeonghan ya esté al tanto y me sorprende que aún no haya hecho mención de ello, suelto un suspiro y sacudo la caveza.

Sus amigos propusieron que debían de reunir a todos y darle las reglas para que aquello funcione, Jungkook propuso que lo hagamos después de clases en el parque que se encuentra cerca de la universidad.

A mí parecer fue un buen plan.

—¡Joshua! —me asusto al escuchar la repentina voz de mi profesor—. ¿Estás prestando atención? —pregunta mirandome con una ceja alzada.

—Ah... ¡Si! Claro que sí profe —sonrei  con calma para hacerle saber que está todo bien, aún si realmente por dentro casi muero por aquel susto.

Me mira por unos segundos más y asiente, dejando pasar ese asunto solo porque soy uno de sus mejores alumnos, una vez que se aleja suelto un largo suspiro.

—¿Estás bien, Shua? —escucho a Jeonghan preguntarme en voz baja.

—Si, solo estaba pensando —respondo de la misma forma.

Jeonghan ya no dice nada más y solo asiente, por lo que me concentro en las clases, tratando de dejar todo ese tema de lado.

Después de varias horas las clases llegaron a su fin y eso me hace sentir más relajada, por fin podré ir a casa y flojear un poco.

Voy caminando por los pasillos con pasos perezosos y tranquilos, en la última clase casi m quedo dormido, usualmente no soy así, sin embargo, hoy el escuchar la voz del profesor Kim hablando sobre la historia de la antigua Grecia me hizo querer dormir como un bebé.

Pero no lo hice.

—¡Shua!

La voz de Jeonghan me hace frenar de golpe y no puedo evitar tensarme, cierro los ojos y cuento hasta tres para mantenerme calmado, me doy la vuelta y veo a Jeonghan acercarse a mi.

¿No debía de ir al trabajo? Bueno, tal vez es su descanso.

—Hannie —le saludo con una sonrisa.

—¿Vas al parque? —me pregunta mirándome con una ceja alzada.

—Ah... Si —asiento, Jeonghan debe estar al tanto de todo, por lo que no puedo solo evadir el tema.

—Bien, voy contigo. De paso me cuentas como harás para elegir a uno entre doce chicos —suelta sin más caminando junto a mi, volteo a verlo confundido.

—¿Cómo...

—Jimin —responde encogiéndose de hombros.

—Ah, claro —me golpeó mentalmente al no pensar en ello—... Pasaré un día o el mayor tiempo posible con cada uno para ver si con alguno me llevo bien —explico con calma.

Jeonghan asiente un par de veces: —Quiero ser el último —dice y detiene sus pasos.

—¿Qué? —volteo a verlo confundido—. Yo estaba pensando que podrías ser el primero, eres de los únicos que conozco realmente —explico mirandolo detenidamente.

—No, seré el último —asegura.

Quiero decir algo, pero Jeonghan me toma rápidamente del brazo y me jala hacia un callejón, soy tomado por sorpresa, cuando me doy cuenta ya estoy siendo acorralado por él, sintiéndome por un momento como un cervatillo recién nacido.

Siento como mis mejillas comienza a enrojecer, Jeonghan está tan cerca de mi rostro que me pone demasiado nervioso, abro la boca para tratar de decir algo, pero las palabras no salen, odio cuando esto pasa. Él acerca su mano a mi barbilla y acerca su rostro un poco más, tan cerca que podría rozas mis labios.

—Saldras con todos ellos —comienza a hablar mirandome a los ojos—, puedes besarlos si así lo deseas —siento como deja suaves caricias sobre mis labios—, pero cuando llegue mi turno, te haré saber que nadie te puede tratar como yo, haré que te des cuenta de que soy el indicado para ti —susurra tan cerca de mis labios que no se cómo reaccionar.

Cierro los ojos pensando que cortará esa pequeña distancia, pero no es así, contrario a eso siento como se aleja de mi de forma abrubta, por lo que abro los ojos para poder verlo.

—Nos vemos después, Shua. Tengo que ir al trabajo —informa con una dulce sonrisa.

Agita su mano un par de veces y se va a toda prisa, dejandome allí aún sin procesar lo que ha ocurrido, me tocó las mejillas y puedo sentir lo rojas que están.

¡¿Qué demonios fue eso?!

Me recargo contra la pared y me arrastró en esta hasta que finalmente tocó el suelo, llevo mis dedos a mis labios y vuelvo a recordar lo cerca que Jeonghan se encontraba de mi, me tapó la cara y suelto un grito sin importar si alguien me escucha.

Logro calmarme después de unos minutos, respiró profundamente y me miró en la cámara de mi celular para asegurarme que todo está bien, me pongo de pie y sacudo mi ropa, le daré el gusto a Jeonghan solo porque tengo curiosidad.

Me dirijo a toda prisa al parque, mis amigos deben estar esperando allí por mi, pero no podía dejar que me vean en ese estado. Después de un pequeño recorrido finalmente llegó al parque, dónde puedo ver a mis amigos acompañado de otros once chicos, ver a todas esas personas me causa un revuelo en el estómago.

No es momento de arrepentirse, Joshua. Asume las consecuencias de tus actos.

—¡Shua! —saluda animadamente Jungkook acercándose a mi, siendo seguido por Jisung.

—Son bastante guapos —susurra Jisung al estar con ellos.

—Aunque Jeonghan no está entre ellos ¿Crees que venga? —murmura Kookie mirándome.

—No vendrá, fue a su trabajo, ya hablé con él y le expliqué un poco las cosas —comento tratando de lucir tranquilo.

—Oh, ¿Y que te dijo? —pregunta Jisung acercandose un poco más para analizarme.

—Que será el último —desvio la mirada no queriendo que se de cuenta de mis nervios, Jisung está por decir algo, pero Minho lo abraza rápidamente por detrás.

—Me estoy aburriendo, dense prisa con esto, quiero ir a casa y abrazar a Jisung —se queja Minho recargando su cabeza en el hombro de su novio.

—Es eso o solo quieres follarlo —Jungkook mira al par con ambas cejas alzadas, consiguiendo que Jisung se sonroje hasta las orejas.

Niego un par de veces, riendo al verlo así, pero Minho tiene razón, hay que darse prisa, por lo que jalo a mis dos amigos del brazo.

Entre más rápido empecemos con esto más rápido iré a casa.