Emma seguía respirando agitadamente, mirando algo temerosa a la morena. Esperaba que no se rehusara a hablar con ella, porque en verdad quería arreglar las cosas, quería tratar de explicar como se sentía y el porqué había reaccionado de aquellas formas la noche anterior.
—Ah... perdón por no mensajearte antes.—Se disculpó Emma, sin obtener respuestas de la contraria que seguía mirándola pasmadamente.—Es que quería hablar en persona.—Aclaró con honestidad.
—Okey...—Respondió la morena aún sorprendida.—Bueno...—Se acercó hasta la atleta y la tomó de la sudadera que traía.—Ya entra, estás empapada.—Dijo mientras la empujaba dentro de la casa.
—Sí, buena idea.—Aceptó la ojiazul tranquilamente, ya que de todas maneras estaba muriendo de frío bajo la lluvia.
—¿Olvidaste tu abrigo?.—Preguntó Jenna con cierta gracia.
—Oh, eh...—Emma miró la ropa que tría puesta.—Sí, no revisé el clima antes de salir.—Explicó algo avergonzada.
—Que tonta...—Se burló la menor riendo ligeramente.
La ojiazul sonrió más tranquila al ver que la morena no estaba enojada o tratándola indiferente.
—Sí... Sí, sobre anoche, eh...—La atleta fue al punto de su visita, haciendo que la menor borrara su sonrisa.—Solo quería decirte que...—Trató de hablar, pero fue interrumpido por una tercera persona.
—Emma...—Habló el padre de Jenn acercándose a ambas chicas y cruzándose de brazos.—No sabía que ibas a venir.—Mencionó sonriendo ligeramente.
—Oh...—La ojiazul se removió nerviosa, compartiendo una rápida mirada con Jenna.—Sí... lo siento, sí.—Respondió dejándose llevar por los nervios, pero por suerte la pelinegra decidió ayudarla a tiempo.
—Solo vino por un suéter que dejó el otro día.—Mintió Jenna ágilmente, sonriendo.
—Claro...—Asintió el hombre.—Ah, no olvides que vamos a visitar a tu abuela, Jenna.—Le recordó a la morena.—Pudiste al menos cambiarte la pijama.—Recriminó amargamente antes de retirarse.
Jenna miró rápidamente el pijama que traía puesto, sintiéndose algo avergonzada al estar así frente la ojiazul. Pero Emma, en cambio, sonrió pensando en lo tierna que se veía la menor. Cuando la pelinegra volvió a mirarla, rápidamente borró su sonrisa sin querer ser descubierta.
—Vamos a mi habitación.—Indicó la morena tranquila.
La morena cerró la puerta de la entrada y, mientras Emma se adelantaba subiendo las escaleras, se miró al espejo que había allí cerca, tratando de al menos arreglar su cabello un poco.
Emma entró primero a la habitación, seguida por la morena. Mientras Jenna cerraba la puerta, la atleta comenzó a quitarse la sudadera que traía puesta, dejando ver sin querer su marcado abdomen, el cual la menor alcanzó a ver un poco haciéndola sonrojar.
Cuando finalmente la ojiazul se deshizo de la molesta prenda, miró a la contraria para comenzar a hablar.
—Eh... Entonces...—La atleta trató de hablar, pero fue interrumpida por la menor.
—Lo siento mucho.—Dijo Jenna rápidamente y con desespero, mirando directamente hacía el suelo.—Lo siento mucho, es que... no pensé muy bien en lo que estaba haciendo y... fue algo muy idiota y, no quería que te sintieras rara porque fue mi culpa.—Hablaba desesperada, sin parar.
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Heartstopper.-|Jemma|
FanfictionDos chicas se conocen. Se hacen amigas. Se enamoran. ¿Por qué nos empeñamos en hacer complicadas las emociones más sencillas? Esta historia de amor entre dos chicas, una de ellas declaradamente homosexual y la otra en vías de autodescubrimiento...