Capítulo 10

1K 76 42
                                    

Mictia se dirigía de nuevo al pequeño pueblo en búsqueda de una posible "cura" para evitar que sus amigos sufran la perdida de memoria que tanto le abrumaba a la castaña

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mictia se dirigía de nuevo al pequeño pueblo en búsqueda de una posible "cura" para evitar que sus amigos sufran la perdida de memoria que tanto le abrumaba a la castaña. Después de un largo camino en el bosque al fin encontró su destino, se acercó poco a poco a la misma casa que entro hace días. Con una mezcla de temor y determinación, empujó la puerta y entró. El interior estaba sumido en penumbra, con polvo y telarañas cubriendo cada superficie. Sin embargo, a lo lejos vio ese cofre donde había encontrado los diamantes y esas galletas.

—Por favor dime que hay algo más que no vi... —dijo con voz temblorosa mientras abría el cofre lentamente. Sin embargo, a medida que la tapa se abrió por completo, la esperanza de mictia se iba disminuyendo.

—Está vacío.

Todas sus emociones se disiparon como un suspiro en el aire, dejando una profunda tristeza en su lugar. La decepción en su rostro se transformó rápidamente en enojo. Con un grito de frustración, levantó su pie y pateó el cofre con fuerza. El sonido del golpe resonó en la habitación, y el cofre se deslizó unos centímetros antes de detenerse bruscamente contra una pared. Mictia, aun respirando con dificultad por la rabia, se arrodilló y enterró su rostro en sus manos.

—Ahora que hago... no los podre ayudar, esto es una mierda—hablo con su voz temblorosa casi llorando.

Un pequeño clic se escuchó desde el suelo captando la atención de la castaña, Miró hacia abajo y notó que una sección del suelo parecía haberse movido ligeramente.

Con el corazón latiendo rápido, se levantó y se acercó cautelosamente al lugar donde el cofre había chocado. Al examinar el área, descubrió una pequeña abertura que no había estado allí antes. Sus manos temblorosas tocaron los bordes, y con un esfuerzo notable, logró abrir una trampilla oculta en el suelo.

Encontrándose con un pequeño caja casi nuevo, mictia lo abrió. Sus ojos se abrieron con asombro al descubrir joyas, diamantes, pociones y manuscritos con una letra inentendible

—Vete a la mierda, ¡lo encontré! -grito emocionada.

Mictia encontró lo que buscaba y guardó el cofre en su maleta con rapidez. Sabía que no tenía tiempo que perder; cada segundo contaba para poder entregar la poción a sus amigos. Comenzó a correr, deshaciendo el arduo camino que le había llevado horas recorrer a pie. La ansiedad y la esperanza se mezclaban en su pecho, impulsándola a avanzar sin descanso.

 La ansiedad y la esperanza se mezclaban en su pecho, impulsándola a avanzar sin descanso

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝓁𝑜𝓋𝑒 𝒸𝑜𝑜𝓀𝒾𝑒𝓈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora