Capítulo 5. La mentira de Max

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[ Checo Pérez y Lewis Hamilton, desayunaron juntos en…]

Hace tan solo dos días que una noticia y fotos estaba dando vueltas por todo el mundo. Los fans de la F1 estaban tan felices por la amistad de estos dos pilotos que no dejaban de celebrar que, aunque fueran de diferentes equipos, aún se tratarán como buenos amigos

Max fue uno de los primeros en leer esa nota, por lo que el celular en sus manos terminó contra la pared. Lo primero que hizo fue poner toda su atención en los videojuegos, intentó distraerse comprando en línea o saliendo a correr, pero nada le fue útil. Para el segundo día de aquella nota dando vueltas por todos lados, Max tomo una decisión y llamó a una de las pocas mujeres que trabajaban en su equipo; que era exactamente la asesora de Checo, aunque el trabajo de ella era cubrir a ambos, su relación con Pérez era mejor, por lo que casi siempre estaba detrás de él

–Consígueme una cita –dijo Max

–¿Con Checo? –preguntó ella, Max presionó sus labios con fuerza

–¿Por qué iba a querer salir con Checo? Quiero una cita con una chica. Debe haber muchas queriendo salir conmigo, ¿no? –preguntó, la mujer se rio al teléfono

–¿Crees que soy Tinder o una de esas páginas raras de citas? –preguntó, Max se sentía furioso. Antes de que pudiera decir algo, escuchó la voz de su compañero

–¿Con quién hablas? –preguntó

–Max –respondió ella

–Oh, estamos en el mismo hotel, pregúntale si quiere unirse al desayuno –dijo él, Max escucho eso y antes de que pudiera hablar, su asesora respondió

–Dice que para que va a querer verte a ti, Max quiere mujeres –dijo, escuchó la risa de Checo

–Soy más bonito que una chica –bromeo el mexicano, Max sintió un cosquilleo en su estómago

–Max, dice Checo que es más lindo que una chica, ¿quieres venir a desayunar o aún quieres que sea Tinder? –preguntó, Max quería ver a Checo, pero cada vez que recordaba sus fotos sonriendo con Lewis ese ardor en todo su cuerpo no dejaba de molestarlo

–Te dije que no, Sergio y yo no somos amigos como para desayunar juntos y sabes que, no necesito tu ayuda –Max corto la llamada. La asesora de ambos pilotos cada vez sentía que algo entre esos dos hombres no estaba bien.

Checo que había escuchado la respuesta, sonrió como si aquello no le hubiera dolido ni un poco. La asesora supo leer el enojo de Max y como sus duras palabras eran para lastimar a Checo, y también entendía como Checo fingía una sonrisa mientras se sentía herido. Sergio realmente quería llegar a ser un buen amigo de Max, pero él no se daba cuenta que Max no quería una amistad

El interés de Max, va más allá de una amistad

La conclusión a la que llegó ella fue esa. Max quería algo más de Checo, mientras Checo solo quería una amistad porque no lograba darse cuenta de los sentimientos de su compañero de equipo. Aunque ahora mismo, ella tampoco estaba segura de que Max fuera consiente de ellos

Sergio fue a desayudar con algunas personas de su equipo. No es que él quisiera algo más de ellos, más bien era su forma de querer conectar con las personas con las que trabajaba. Sergio era por naturaleza un hombre al que le gustaba socializar

En medio del desayuno un rubio muy llamativo entro al lugar en el que se encontraban, de su brazo venía una mujer alta, de tez un poco bronceada, ojos oscuros y tan hermosa como un ángel. Fue difícil ignorar a la pareja, sobre todo si ella era una de las modelos más famosas a nivel internacional y él, él campeón en F1

Hasta que el público nos separe || Chestappen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora