Y, ahí fue donde te conocí.

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Boothill estaba imerso en sus pensamientos, casi no se da cuenta que estuvo a punto de pasarse el alto del semáforo.

Las palabras de su jefe resonando en su cabeza....una familia...le estaba pidiendo acabar con una familia.

Cuando llego a casa vio a May desparramada sobre el sofá, roncando como motor ahogado, su pequeña hija salió de su habitación frotandose los ojos en un estado adormilado.

-Ya regresaste papi?...

Boothill fue directo a ella y la cargo en brazos con una sonrisa en el rostro

-Si, soy yo pequeño saltamontes ¿descansaste bien?

La niña asintió con la cabeza y le sonrio de vuelta, ambos empezaron su dia preparando el desayuno juntos, poco después se les unió May, cuando terminaron, clementine se fue a jugar a su habitación, en la mesa solo quedaban los adultos, uno de ellos con la mente llena de dudas.

-¿A quién buscan esta ves?

El vaquero levantó la cabeza de sus papeles y al toparse con la mirada de May la bajo de inmediato.

-Riquillos de nuevo, nada que valga realmente la pena...

May levantó una ceja, en un reflejo rápido le arrebato los papeles a boothill y los leyó, la hoja contenia una fotografía de la imagen de una familia en un jardin de té, junto a una noticia arrancada de un periódico

-"La crema y nata de la sociedad moderna, la familia del hoy"- May hizo una expresión de asco- Lo único rescatable de esa farsa es la madre.

Boothill dejó escapar una risilla, le arrebató de vuelta a may sus papeles, era cierto que la familia era de buen ver, sobre todo el detalle de poseer ese color de cabello tan característico, el problema ahora es que no sabía como se veian ninguno de ellos en la actualidad, no sabía por donde empezar a buscar o si alguno de ellos había fallecido ya, la única pista era esa característica.

-El tipo de la foto....¿No fue el candidato que se postuló para la alcaldía del distrito vecino?

Boothill se fijó en May, de repente recordando donde habia visto al tipo, Bingo.

-Mierda es cierto! Ya se donde empezar a buscar

Boothill tomó sus cosas de nuevo, encargandole de nuevo a May, a su hija.

Si quería empezar a buscar, tenía que expandir su visión un poco mas allá de sus propios limites.

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Viajó durante unas horas por carretera hasta llegar al distrito vecino, un pueblito pintoresco le dió una calida bienvenida y una invitación a adentrarse y perderse entre sus calles y túneles subterráneos.

Boothill estaba maravillado con lo que veía, la arqutectura rústica, la música que salía de los locales que vendían todo tipo de productos, las casas y edificios de todos colores, la gente y sus vidas tranquilas pero llenas de energía.

Entonces pensó, después de completar su encargo, definitivamente traería aqui a su hija a que disfrutaran juntos del mismo paisaje.

Ahí, del otro de la acera y sin que boothill lo notara, un joven muy apuesto de larga cabellera trenzada roja, tan roja como la sangre misma, cubría su rostro con un arreglo de floral, algo pesado para ser sincero, completando también un encargo para su cliente más frecuente.

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Al adentrarse aún más a la pequeña ciudad casi a las afueras, pasando uno de los tuneles subterráneos, se dio cuenta de un acceso, lo suficientemente grande para que pase un camión cargado, el túnel no se veía como un lugar frecuentado, asi que de inmediato supuso que esta era la entrada subterránea de alguna de las casas de los políticos que estaba buscando, y no se equivocó.

Minutos mas tarde, el acceso se abrió dando paso a un auto lujoso y de pintura negra y brillante, vidrios polarizados y blindaje discreto al frente, apenas alcanzó a arrancar la moto antes de que lo vieran, se escondió rapidamente detrás de un montón de piedras del lado contrario de donde salió a toda velocidad el vehículo, memorizó las placas y rectificó la información personal del sujeto en su teléfono, era exactamente el mismo número de placas que estaban marcadas ahí, ya tenía un paso al frente de la investigación.

Dada su reciente victoria, decidió regresar al pueblo, le envió un mensaje de voz a May explicandole que iba a permanecer una noche ahí antes de volver para ver si conseguia más informacion a los alrededores, le pidió nuevamente que lo mantuviera informado sobre clementine y que le diera un beso de buenas noches por él.

Decidió darse una vuelta para conocer el pueblo, aceptando la humilde invitación de aquel pintoresco pueblito perdiendose en el completamente, probó comida y dulces nuevos, tomo muchas fotografías para mostrarselas después a clementine, hasta compró souveniers.

Tranquilamente andando por las calles se le ocurrió ir a comprar flores para su hija también, hacia mucho que no le daba detalles de ese tipo, así que se detuvo en cuanto vio una bonita floristeria adornada por toda la fachada, al entrar el sonido de una campanita alertaba al dueño de una nueva presencia en el lugar.

-Buena tarde... hay alguien aquí?

Hubo un largo silencio, nadie había respondido.

El vaquero miró a ambos lados y trato de buscar con la mirada al dueño o por lo menos alguien que le atendiera

Y, cuando estaba a punto de irse, pasos ligeros se acercaron al mostrador, revelando una figura hermosa al acercarse a la luz.

Boothill pensó que estaba soñando, lo vió por primera ves y quedó fascinado ante dicha persona.

- Disculpe la demora! Acabo de terminar un encargo. Dígame, ¿en qué puedo servirle?

Ante sus ojos, el joven más lindo y apuesto del mundo...su cabello rojo y sedoso, de piel pálida y ligeramente rosadas mejillas por esfuerzo, mentiría si dijera que no estaba observando fijamente al muchacho.

-Puedo...saber tu nombre?

Boothill apenas pronunció palabra, el chico un tanto confundido, le sonrió y contestó con una dulce voz:

- Mi nombre es Argenti, señor.

♧ A Cowboy on a field of Roses ♤ (GUNSNROSES/ARGENTHILL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora