Cap 16: Trato y memorias

78 11 2
                                    

Luego de que Vanir me dijera que quería tener una conversación con Papyrus, no tardamos mucho en irnos de allí y volver a la Mansión, ya que suponíamos que parecía tener cosas importantes de las que hablar con él. A la mayoría del equipo no le parecía importar que Vanir viniera a nuestra casa, pero...

Aqua: ¡Kazuma! No podemos dejar pasar a ese maldito demonio dentro de la mansión.

Pum

Le di un golpe a Aqua en la cabeza para que se calmase de una vez

Aqua: ¡WAHHH! ¡KASHUMA! ¡ESHCUSHAME!

Kazuma: ¡Déjate de tonterías de una vez! Ya nos ha dicho que no va a matar a nadie, ¡así que deja de hacerte la víctima y de llorar!

Aqua: ¡P-Pero pero... ¡Hum! Si hace cosas malvadas de demonio no digas que no te lo advertí

Aqua hizo un puchero y luego se quedó callada mientras ya llegábamos a la mansión, aunque Vanir también estaba en silencio, cosa que me parecía algo inquietante

Al entrar, Vanir y yo nos dirigimos a la habitación de Papyrus. Esto pareció inquietar a Aqua, quién vió bastante irritada todo eso, sin embargo, al encontrar una botella de vino en la cocina, lo dejó pasar.

Entré a la habitación con Vanir siguiéndome de cerca, observando atentamente. Su presencia era algo confusa, pues me mantenía alerta a la par de inquieto, algo que no comprendía bien.

Vanir: ¡Oh! Mocoso, ¿estás nervioso por mi presencia? Debo advertirle que moi no se siente atraído por ningún género en específico, pero si es usted podría hacer una excepción, por un buen precio, claro está.

Tragando-me el enojo, me limité a apretar la mandíbula y seguir adelante.

La habitación consistía de modesta cama (no, no lo era), y un espacio regular (no, era enorme). En el centro de esta, se encontraba Papyrus escribiendo algunas notas, aparentemente estudiando la reacción de algún compuesto o algo así.

Kazuma: Papyrus, ¿te importaría dejarnos a solas unos momentos?

Pregunté amablemente, y aunque podía notar la fuerte desconfianza que se lograba filtrar entre Vanir y él, pareció entender nuestra necesidad de privacidad.

Papyrus: Por su puesto, Kazuma.

Me respondió cortésmente, aunque sin dejar su tono entusiasmado habitual de lado. Pronto se levantó, dejando los papeles ordenadamente sobre la mesa, y se dirigió hacia la puerta, despidiéndose con un ligero gesto (y una amenazadora mirada al demonio) antes de irse.

Una vez fuera, Vanir tardó tan solo unos segundos en acomodarse en el asiento que Papyrus había dejado disponible, mirándome con esa sonrisa burlona que siempre parecía saber más de lo que decía.

Vanir: Kazuma, querido renacuajo. Reconozco que entre nosotros no existe algo parecido a un "estrecho lazo" o algo parecido. Pero, dejando esas pequeñeces de lado, te lo pondré fácil...

El demonio del drama se quedó callado, casi como si quisiera expandir su silencio dramático hasta donde pudiese. Me crucé de brazos, y levantando una ceja, me mantuve atento a lo que tenía que decir.

Vanir: ...¡Es sencillo! Solo necesito que agilices ese pequeño cerebro tuyo y me entregues los planos de alguno de tus inventos. Solo las ideas, claro está, yo mismo me encargaré de edificar los cimientos. Esto, claro, tendrá un jugoso beneficio para ti.

Kazuma: Entonces... ¿Básicamente me estás pidiendo que trabaje para ti? No hay mucha ganancia si lo ves desde mi punto de vista, yo haría casi todo el trabajo.

konosuba: determinado hasta el finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora