Extra (Ojos de diferente color)

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L~

—Hija cuidate mucho y pórtate bien— Dice mi padre mientras me despido de el para entrar al cole.

Es mi primer día de clases que emoción...

Tengo mi cabello recogido en una trenza de lado mostrando mis ojos tan emocionados.

Mi madre y mi padre dicen que la gente amara mis ojos a pesar de ser raros. Se llama heterocromia y no tiene cura, de igual forma no quiero dejar de tener los ojos tan bonitos.

Suena el timbre y entro al aula de clases, es mi primer día y espero hacer amigos y ser un poco más popular como lo era en mi otra escuela.

Al entrar al aula todos lo que están ahí fijan su mirada en mi y empiezan a hablar entre ellos.

Me siento diminuta como una hormiga y busco el último puesto para sentarme entonces un compañero que estaba en esa misma mesa ya que son compartidas me habla con repugnancia.

— Alejate de mi, tienes los ojos raros. No me vallas a contagiar eso que asco— Dice y coloca su mochila en el puesto libre.

¿Ojos raros?

¿Asco?

Me dolió bastante el comentario Pero decidí ignorarlo y me senté en otro puesto está vez libre.

Escucho comentarios todo el día de mis ojos y su color, y comentarios nada positivos. Cosa que no me permite concentrarme en las clases y hacer amigos.

¡Todos me tratan como un bicho raro!

En mi antigua escuela adoraban mis ojos, porque aquí no.

Al llegar mi padre a recogerme el me saluda revolviendome el cabello con una sonrisa que contagia.

—¿Cómo te fue en tu primer día hija?— Pregunta emocionado.

Muy mal papá, todo el mundo me discrimino por mi color de ojos y hasta la maestra me miró con repugnancia.

— Bien papi— Finjo emoción.

El es capaz de prender en llamas el colegio si se entera de que le dicen cosas así a su pequeña.

Y así fué el último mes, cosa que me ha hecho sentirme tan triste y apagada. Mi padre volvió por mi otra vez y no me dice nada ya que tiene tiempo notando mi tristeza, pero niego todo para que no tome represalias.

Al llegar a casa me dirijo a mi habitación para verme en un pequeño espejo de mano que estaba sobre mi mesita de noche.

¿Y si tienen razón?

¿Y si de verdad son horribles?

Un ojo color miel y el otro verde.

Soy un mounstro todo feo.

Odio mis ojos.

Empiezo a llorar.

Voy hacia mi mochila y saco unas tijeras y corto mi cabello para tapar un ojo al menos.

Quedó muy mal cortada y quedó bastante fea a la vista.

Pero así si me veo hermosa.

Me digo a mi misma mientras seco lo que quedó de mis lágrimas.

Mi mamá toca la puerta mi cuarto y rápidamente me recojo mi nuevo flequillo con un gancho para cabello y el cabello que cayó al piso lo arrime con el pie para debajo de la cama.

Digo que pase y ella entra y se sienta a mi lado.

— Mi pequeña Lena— Dice después de unos segundos y con expresión nostálgica— ¿Por qué te has apagado de repente? ¿Qué pasó con esa niña feliz que siempre alegraba la casa?

No puedo evitar llorar y ella me abraza con fuerza.

No quiero que vean más mi color de ojos, espero que con este flequillo dejen de verme como un bicho raro.

Al cesar mis lágrimas ella no me pregunta más nada y me da un beso en la frente después de limpiar mis lágrimas.

Amo a mi mamá.


Paso un mes y hacían comentarios de que ahora me cubrí el rostro y que más horrible me veo.

Pero ya me han dejado de importar solo paso y los ignoro con al mirada en alto.

Si, solo tengo ocho años Pero es la única manera de poder sobrellevar esta situación hasta que algún día me cambien de colegio.

Mi madre noto el flequillo y no me dijo nada, talvez se dió cuenta y me llevo a la peluquería a qué lo arreglaran.

Quedó hermoso, me veo hermosa ahora. Me cuesta ver un poco con un solo ojo pero poco a poco me voy acostumbrando, de igual forma dejaré de ser un bicho raro y de ser tan horrible en el espejo.

Pero espero que algún día alguien fuera de mi familia y Marta puedan quererme con mis ojos de diferente color.

Estilos Diferentes ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora