-Por tu negligencia, has traído caos a lo que debió seguir siendo armonía. Los vientos salvajes han devastado pueblos cercanos al imperio que juramos proteger y desviado las rutas de las aves migratorias -una voz poderosa resuena por las paredes del salón, una voz perteneciente al dios del sol-. Les has fallado no solo a nosotros, los inmortales, si no también a los mortales que cuentan y dependen de tu guía. Olvidaste lo que significa ser un dios, descuidaste tu deber y ve las consecuencias de tus viles actos.El dios del viento abre la boca en un intento de hablar aún sabiendo que sus palabras pueden caer en oídos sordos, pero su voz se pierde en los vientos que lo rodean, sin obedecer sus órdenes, sirviendo como una especie de cadenas. Sus ojos viajan alrededor de la sala, deteniéndose en su hijo, quién lo miraba con una expresión dolida y de preocupación, siendo igualmente detenido por unas llamas evitando que intervenga en su juicio.
Al lado de su niño estaba su mejor amigo, Huǒ Huī, que lo miraba decepcionado y con ligera tristeza. Regresó su mirada al gobernante del palacio y principal dios, Lièrì, que seguía dando un discurso acerca de sus acciones y como le gustaría perdonarlo.
-Aún así, no puedo hacer la vista gorda, la corte hemos decidido imponerte un castigo.
Frente a Wǎn Fēng apareció un pergamino semitransparente, al leerlo su rostro se transformó en incredulidad pura, escrito en letras doradas y negras estaba su nombre y debajo todas sus faltas como dios. Al final del pergamino se dictaba su castigo y la duración que tendría, siendo este permanente.
Intenta hablar, quiere reclamar, desea oponerse, pero ninguna palabra sale de su boca pues estas nuevamente se pierden entre las olas de aire que lo rodean. El dios del sol extiende su mano, la madre de los dioses, Sēnlín, le imita y con ellos los demás dioses hacen lo mismo.
Las cadenas que lo mantenían en su lugar le aprietan más las muñecas y lo jalan al suelo, las voces de los demás logran llegar a él: Estaban recitando un concilio, vio de reojo como un artefacto, conocido para él, giraba cada vez más rápido delante suyo. Los dioses empezaron a imbuir energía en este provocando que el suelo bajo sus pies desapareciera por completo. Antes de caer visualizo a Fēng Lian deshacerse de las llamas y lanzarse hacía él tratando de alcanzarlo; sin embargo, antes de que logara su cometido el dios del fuego lo había sujetado de su brazo.
Sintió como el aire lo abandona y dejaba caer hacia la tierra, el cielo estaba oscuro y truenos caían en distintas direcciones, esto le provocó pánico.
-No... perdón.
Fueron las únicas palabras que dijo, su pulso se disparo de manera irregular como hace mucho no lo hacía, en su interior siente que una tormenta de emociones va a desbordar el vaso de su cordura. La ira se transforma en tristeza y un lamento dirigido hacia su hijo acompaña a la lluvia que empezó a caer, mientras más desciende, más es consciente de las acciones que lo llevaron a esto.
Cae en un bosque mientras un atisbo de incertidumbre se plasma en su rostro, luego todo se vuelve negro, lo último que oye fue un grito infantil.
Despierta en una habitación desconocida, le toma unos minutos acomodar sus pensamientos y levantarse de la cama para mirar por una ventana cercana. Afuera ve a un niño pelinegro de cinco años jugando junto a un perro, y sentado en un árbol pudo ver a otro chico mayor cuidando del más pequeño.
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Brisas Del Dios Olvidado
Storie breviInnumerables historias rondan por el mundo, varias de ellas perdiendo su esencia con el transcurso del tiempo. Dioses, seres místicos, todos desapareciendo como simples historias, pocos son los que aún conocen su existencia por escritos antiguos y s...