Capitulo 3

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La preocupación seguía presente en mi mente, pero el cansancio eventualmente me venció

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La preocupación seguía presente en mi mente, pero el cansancio eventualmente me venció. Me desperté varias veces durante la noche, verificando que Sofia seguía a mi lado, sintiéndome responsable por su bienestar. Al amanecer, los primeros rayos de sol iluminaron la habitación y decidí que era momento de levantarse.

Con cuidado, me escabullí de la cama, dejando a Sofia dormir un poco más. Me dirigí a la cocina y comencé a preparar el desayuno, tratando de procesar todo lo que había sucedido y lo que Sofia me había contado. ¿Quién podría ser tan malvado para matar a Scott? ¿Y por qué Sofia no podía decirme quién era?

Mientras el aroma del café llenaba la cocina, escuché pasos suaves detrás de mí. Me volví y vi a Sofia en el umbral de la puerta, su cabello alborotado y sus ojos aún un poco hinchados por el llanto de la noche anterior.

—Buenos días, cariño —dije con una sonrisa, tratando de empezar el día con una nota positiva.

—Buenos días, papi —respondió Sofia, su voz todavía somnolienta. Aun se sentía raro que me diga asi pero... creo que me puedo acostumbrar.

—¿Dormiste bien después de... ya sabes, todo? —le pregunté mientras servía dos tazas de chocolate caliente.             

Ella asintió, tomando asiento en la mesa. Mientras le servía el desayuno, noté que parecía más tranquila, aunque todavía había una sombra de tristeza en sus ojos.

—Gracias por el desayuno —dijo, sonriendo débilmente mientras comenzaba a comer.

Nos sentamos juntos, disfrutando del momento de calma. Sin embargo, mi mente seguía dándole vueltas a la conversación de anoche. Necesitaba respuestas, pero también sabía que no podía presionar a Sofia más de lo necesario.

—Sofia, sé que anoche fue difícil y lamento haberte asustado —comencé, tratando de abordar el tema con delicadeza. —Solo quiero que sepas que estoy aquí para ti, pase lo que pase.

Ella levantó la mirada de su plato, sus ojos encontrando los míos. Asintió lentamente.

—Lo sé, papi. Gracias por cuidarme.

Sentí una oleada de ternura por esta pequeña, valiente niña que había sido arrojada a una situación tan complicada. Decidí cambiar de tema para aliviar la tensión.

—Entonces, ¿qué te gustaría hacer hoy? —pregunté, sonriendo.

Ella pensó por un momento antes de responder.

—¿Podemos ir al parque? —preguntó tímidamente.

—¡Claro! El parque suena como una gran idea —respondí, feliz de poder hacer algo normal y divertido.

Después de terminar el desayuno, me sentí aliviado de ver a Sofia más animada. Decidimos que ir al parque sería una buena idea para despejar nuestras mentes y disfrutar de un momento de tranquilidad. Me puse unos vaqueros y una camiseta, y ayudé a Sofia a ponerse una ropa vieja mía cuando era niño... definitivamente tengo que comprarle ropa.

Una niña lo cambia todo? [Sterek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora