Parte 4

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Durante el descanso.

Tanto Lucia como Rosina estaban jadeando cuando los hechos científicos empezaron a parpadear en la pantalla describiendo cada reacción que podrían estar enfrentando en base a la primera escena que acaban de ver.

Rosina por su parte estaba escuchando, queriendo saber porque su respiración se elevó y su piel estaba sonrojada.

Lucia, por otro lado, estaba tratando de no lanzarse encima de Rosina y meter sus dedos en ella.

"Voy a uhh... conseguir una bebida".

Lucia tartamudeó, moviéndose a la cocina con las piernas temblorosas. Podía sentir la humedad pegajosa entre sus muslos, presionando en ella con cada paso que daba, tenía que deshacerse de esos pantalones. Desviándose a la habitación, Lucia encontró un par de sus pantalones
cortos de correr que se habían quedado allí al principio de la semana. De hecho, Lucia vio que un tercio del armario de Rosina consistía en su ropa. No queriendo tomar mucho tiempo, temerosa de que Rosina podría pensar que estaba "masturbándose" en su dormitorio, Lucia se quitó los pantalones y la ropa interior, poniéndose los pantalones cortos. También agarró un sujetador deportivo y se lo puso. Se sentía más cómoda y en control de si misma ahora.

Rosina por otro lado se miró a si misma, sentada solo en tanga, excitada y atrevida, se sentía viva. Aunque siempre había estado segura de su cuerpo y sabía que era atractiva para mucha gente, nunca había sentido tal excitación al estar desnuda delante de alguien. Lucia hizo que le hormigueara la piel, que su entrepierna latiera por la calentura.

Decidió ser más audaz, levanto la parte superior, descartando su blusa con cuidado en el suelo. Ahora estaba en solo sujetador y tanga de encaje negro.

Se mordió el labio, si esto no llevaba a Lucia a su cama está noche, no estaba segura de lo que haría.

Lucia agarró un cerveza de la cocina y otro vaso de vino para Rosina antes de regresar y no logro mantener un control firme sobre ambos vasos cuando vio que Rosina estaba prácticamente desnuda.

"Umm... te traje... un poco de vino... "

Lucia se lo entrego antes de volver a sentarse, lo más lejos que podía de Rosina en el sofá, rápidamente se bebió un trago de cerveza.

"Gracias". Rosina respondió con dulzura, sus ojos recorriendo el cuerpo de Lucia, se lamió los labios viendo el abdomen marcado de Lucia y sus piernas largas y delgadas, Ambas sabían que se trataba de un juego muy peligroso, pero Rosina no estaba apunto de detenerlo ahora. Se sentía libre y sexi y sabía que Lucia estaba tan encendida como ella lo estaba.

La única pregunta que queda ahora era quien iba a tomar la iniciativa.

Le sonido del inicio del programa saco bruscamente la atención de Rosina lejos de Lucia, que casi se atraganta con la cerveza cuando vió la pantalla.

Solo la voz de Lauren se oía "¿Lista para tu castigo Camila?".

"Si, ama".

Lauren entro en la linea de la cámara, se deslizó sobre la cama. su mano apretó los pechos de Camila empujándola contra el colchón. La respiración de Camila disminuyó y gimió en voz baja.

Rosina ya no trato de censurarse.

Un gemido se deslizó de sus labios perfectos, llenando el aire. Lucia sintió que su coño se contrajo al escucharla.

Rosina se movió incómoda por la humedad, Lucia no podía evitarlo, y la pregunta cayó antes de que Lucia pudiera censurarse.

"¿La idea de que alguien te ate te moja?"

Los ojos de Rosina se desviaron, dirigiéndose a libia que estaba mirándola. Ella se permitió un pequeño baile de victoria en su mente.

Esa pregunta significaba que Lucia deseaba esto tanto como ella.

"Si". No podía mentir incluso si quisiera. "Nunca he estado atada antes. Nunca confíe en nadie lo suficiente como para hacerlo, pero ahora viendo esto me encuentro encendida por la idea".

Lucia asintió, mirando a los ojos lujuriosos de Rosina "¿Confiarías en mi?".

Rosina ni siquiera lo dudo "Sí".

"Vamos a comenzar lento ¿De acuerdo? Quiero ver cuánto puedes soportar".

"Está bien ama".

Las caderas de Lucia se levantaron y su mano apretó el sofá mientras escuchaba los sonidos ruidos de las cachetadas húmedas al sexo de Camila.

"Oh mierda". Susurro Lucia.

"Su clítoris tiene que sentirse tan sensible después de eso". Dijo Rosina, con la voz lo más baja de lo normal.

Lucia se limitó a asentir, sin confiar en que su propia voz se mantenga estable.




(si ven algún error de ortografía avísenme)

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