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La atmósfera estaba cargada de una mezcla de timidez y emoción contenida entre los dos jóvenes.

— .. Deja de mirarme —murmuró Yu, desviando la mirada con rubor en las mejillas, intentando esconderse de la intensa mirada de MingRui—

Las risas cálidas de MingRui resonaron en el tranquilo espacio de la azotea. Sin pensarlo dos veces, extendió la mano hacia el rubio, atrayéndolo hacia él y envolviéndolo en un abrazo reconfortante.

— Claro que voy a mirarte —respondió con sinceridad, apretándolo contra su pecho con ternura—

— .. Tú —Con una clara intención de resistirse, tan pronto cuando su voz balbuceo, delatando su nerviosismo, optó en guardar silencio y esperar— "Carajo, me tiembla la voz"

— XiaoYu —llamó MingRui con voz suave, pronunciando el nombre del rubio con cariño— ¿comencemos a salir, sí?

El rubio bufó, avergonzado pero con una muy pequeña sonrisa juguetona que apenas lograba esconder su propia emoción. Gou siempre había sido un romántico, y aunque a veces le ponía nervioso, también apreciaba su atención y cuidado.

— Bien —respondió finalmente Yu, con resignación ante la propuesta de su amigo—



Mientras el timbre del colegio marcaba el fin de la jornada escolar, ZeYu, el chico de mechones dorados, comenzó a recoger sus libros y pertenencias. Estaba a punto de salir cuando un grupo de compañeros se acercó a él, interrumpiendo su salida.

— ZeYu, vamos a jugar a las escondidas en el gran parque que está cerca de aquí, ¿vienes? —Preguntó entusiasta una de sus compañeras—

El rubio sintió un ligero rubor subir por sus mejillas mientras se disculpaba tímidamente, como solía hacer.

— Lo siento, hoy tengo otras actividades —Respondió con voz suave, consciente de que siempre daba la misma respuesta—

— Siempre estás ocupado —Comentó uno de sus compañeros, con un tono de decepción evidente en su voz—

— Entonces la próxima vez ven a jugar con nosotros, ¿sí? —Añadió otra amiga, tratando de animarlo—

Yu asintió con la cabeza, agradecido por la comprensión de sus amigos, pero sintiendo cómo la soledad comenzaba a envolverlo a medida que el grupo se despedía y continuaba su camino hacia el parque. Se quedó allí, observándolos alejarse, con una sensación de vacío que se instalaba en su pecho.

•••

Llegando a la puerta de su hogar, ZeYu observó las hermosas flores que adornaban las macetas junto a la entrada. Cada pétalo le traía los recuerdos de las palabras constantes de su madre, siempre preocupada por su seguridad.

"ZeYu, cierra bien la puerta."

"No le abras la puerta a nadie."

Con cuidado, apartó una maceta para encontrar la llave que siempre utilizaba para entrar a casa. Tomándola, abrió la puerta y entró en su hogar.

Y como era de esperar, la casa estaba vacía, sus padres, inmersos en sus ocupaciones profesionales, rara vez estaban en casa, dejándolo solo la mayor parte del tiempo.

— Ya estoy en casa —Murmuró ZeYu mientras asomaba la cabeza hacia la pecera, donde los peces nadaban tranquilamente en su hábitat—

Dejando su mochila en el suelo, se aventuró por la sala y encontró refugio del aburrimiento en los libros que llenaban una pequeña biblioteca. Escogió un par de cuentos y se instaló en el sofá, sumergiéndose en la lectura matutina.

𝗔𝗠𝗢𝗥 𝗖𝗔𝗡𝗜𝗡𝗢     ZERUIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora