✎┇ capítulo O3

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"Me gusta mucho jugar con Yoon al llegar a casa por las tardes después de esta tortura llamada "estudios obligatorios" si fuera por mi ya lo hubiera dejado y me hubiera mudado con Yoon muy lejos, lo criaría yo solito y trabajaría solo para mi michi.

El no es un gato muy amoroso conmigo por las mañanas, sé que hace mucho frío por la falta de energía en casa pero si
dormimos juntos es para tomar calor, él no está contento con eso de dejarle solo por tantas horas y cuando me despido me araña cuanto puede, es por eso que mi cara está llena de cicatrices.

Son pocos los juguetes que puedo comprarle para que no muera de falta de atención y de ejercicio fisico, tampoco es que esté muy flaquito. Las mascotas se asemejan mucho a sus dueños así que te puedes imaginar a mi lindo minino con solo verme a mí, ¿Puedes?

No seas muy cruel con mis características como los demás de la clase, sí, soy un poco gordito y uno de mis ojos está tapado por un parche, soy más bajito que los demás y tartamudeo al hablar pero te juro que antes era delgado, mis ojos estaban sanos y no tenía problemas para hablar... tampoco tenía tantos arañazos y las gafas sólo las usaba para leerle, aunque ahora las lleve todo el día.

¿Tienes mascotas? Me gustaría saber que tenemos amor por un animal en especial."

―Taehyunnie, ¿De casualidad no tienes un libro marrón en tu mochila? ―la respiración del bajito se volvió pesada en breve, ya no le podían hacer más daño físico y ahora se mentían con sus sentimientos― ¿Ves por ese ojo o tendré que dejar caer ácido sin querer otra vez? Mira ―le tomó sin delicadeza del mentón haciendo que saliera de su silla y siendo muy bruto le obligó a que dirigiera su mirada al primer sitio de la primera fila, donde Min Yoongi sostenía el libro de pasta marrón que guardaba su corazón entero― Yoonginnie se está divirtiendo mucho leyendo tu basura de vida.

En efecto, sus oscuros luceros examinaban las palabras plasmadas en aquellas amarillentas páginas viejas, pasando uno por uno los relatos
expresados con el más bonito de los sentimientos del omega, pero para sorpresa del más bajo, Yoongi no expresaba desagrado al leer lo escrito, de hecho estaba bastante entretenido pasando las hojas, cada una de las historias allí contadas eran hechos reales de una pobre alma que no fue bien recibida en el mundo.

―Vamos a dar una vuelta al baño, Joonhoon, trae a TaeTae, creo que ayer no se lavó el cabello con agua caliente, puedo ver desde aquí la grasa acumulada ―como si el alfa acatara cualquier tipo de orden dada por el otro alfa, tomó del cuello al castañito débil, irguiéndose en su sitio le alzó solo un poco y las manitas finas y pequeñas del otro intentaban sin logro
sacarse del agarre en su cuello.

―Ya decía yo que el mal olor debía proceder de un asqueroso omega como
Taehyung.

Entre risas avanzaron a los baños de su planta, levando de arrastras al pobre omega castaño que ya no se molestaba en intentar librarse del alfa puesto que era inútil y poco probable salir de allí, pero realmente se estaba quedando sin aire.

Cuando pensó que podía tomar aire, su cabeza fue sumergida casi al instante en uno de los retretes del baño, chapoteos, gritos, sollozos, súplicas y nada fue suficiente como para convencerles de dejarle libre. Aún si por sus pulmones corría más agua que oxígeno, Taehyung
gritaba todo lo que podía, que los profesores se hicieran los sordos era común.

―No creen que se están pasando? ―un
tercero cortó la función que los alfas se tenían montada, dejando que el abusado respirara e intentara sacar el agua ingerida, sentía náuseas pero sería peor vomitar, luego su cabeza sería introducida en su vomito muy posiblemente.

―Seokjinnie, es solo por hoy ―se quejó rápidamente el azabache alzándose de
hombros, un falso y feo puchero se formó en sus labios― Ayer tiramos sus libros por la ventana pero no cayeron en los charcos, así que hoy sufre lo que tendrían que haber sufrido sus libros, ¿No te parece justo? ―habló orgulloso, de fondo se escuchaba al Omega toser sin control alguno, sus arcadas entre su falta de aire le estaban abrumando.

―Déjenlo ya, le han roto el parche y su uniforme está lleno de agua de vater... ―tras sus lentes, el omega azabache inspeccionó al otro de su raza bajar la cabeza cohibido al ser de un nivel superior― Llamaré a su casa para que le
recojan.

Más risas se escucharon antes de que el nuevo pudiera terminar de hablar.

―¿No lo sabes? Sus padres le dejaron en una bolsa de basura al nada más nacer ―dijo entre risas el Alfa castaño viéndole.

―Vive a una hora de aquíy su única compañía es un gato callejero igual de
gordo que él ―musitó sacudiendo en dirección del menor sus manos, asqueado dio media vuelta para limpiar sus manos con agua limpia y jabón.

―SeokJinnie, es mejor que vuelvas a tu clase y te quedes calladito, sabes la mala fama que tienen por aquí los Omegas enlazados y te recuerdo que tú eres uno.

―Calladito te vas a quedar si me amenazas así, Joonhoon, podrás tener el control sobre Taehyung pero llegas a tocarme un pelo y te comerás tus palabras ―escupió avanzando unos cuantos pasos hasta llegar al castañito― Vamos al gimnasio, te prestaré mi uniforme para que no estés con este...

―¿Te volviste bondadoso cuando perdiste a tu cachorro? ―inquirió el moreno detrás de él, Taehyung tembló en su sitio al escuchar aquello― Quién diría que alguien que anda de puta por las clases llegara a llorar por la pérdida de un cúmulo de
células.

―Ese cúmulo de células tenía mas atención que tú en diecinueve años, Jae ―el azabache que seguía restregando sus manos con fuerza para sacar el olor a porquería, tensó sus músculos uno a uno, tener miedo de otro alfa era poco
probable pero tener miedo de ese alfa era considerable.

―Llegó el alfita perfecto a buscar a su culo favorito ―anturreó en castaño dando suaves aplausos― Todo tuyo, yo ya me iba. ―esquivando cualquier reflejo del mayor, salió de allí corriendo.

―Puedes ponerte de pie? ―mientras ambos alfas debatían únicamente con sus miradas, Seokjin pasó por alto cualquier mal olor que portara el castañito en el suelo, ayudándole a erguirse en su sitio― Nam, ayúdame a llevarlo al gimnasio.

―Puedes ponerte de pie? ―mientras ambos alfas debatían únicamente con sus miradas, Seokjin pasó por alto cualquier mal olor que portara el castañito en el suelo, ayudándole a erguirse en su sitio― Nam, ayúdame a llevarlo al gimnasio

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