VI

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La respiración de Shaun era caliente, y tan lenta como en una sesión de meditación. Saeko no le prestaba atención, ella estaba concentrada en lo suyo estando en la cocina. ¿Ella sabía lo que estaba provocando al estar vestida así? Tampoco se le podía culpar del todo, ella no sabía que el hombre se acababa de tomar una Viagra.

El pelirrojo sentía que su pantalón se iba a romper en cualquier momento, su amigo estaba gritando y suplicando para que por fin hiciera algo al respecto. Aunque en el cuerpo de un hombre, las dos cabezas pueden entrar en conflicto...

Su mente, le repetía una y otra vez que esa chica era una estudiante... A un año de ser mayor, pero seguía siendo una estudiante. Y aparte, aunque tuviera esos 18, la diferencia de edad entre ambos si era digna de una cárcel.

Bueno, ¿Cuál cárcel? Esta en pleno apocalipsis zombie, y la ley ya ha dejado de existir... Ya a nadie le importa lo que hagas, ni con quién lo hagas..

Aquel debate mental lo dictaminó la propia Saeko, que se inclinó cuando revisó la nevera para buscar algo... Ahí fue cuando Shaun dejó de tener el control sobre si mismo.

—Me sorprende que yo pueda estar despierta... No me siento cansada, la verd-
-Sus palabras quedaron a medias, cuando sintió algo rozar contra sus nalgas-
—¡...!

—... Saeko..
-Susurró en su oído, en un tono casi suplicante-
—... No debiste hacer eso..

Shaun le iba a tapar la boca como empezará a gritar, tenía la mano apoyada sobre la puerta de la nevera, y la otra completamente libre para lo que sea que ocurriera... Entonces, su cerebro terminó de quemarse cuando las caderas de la chica realizaron un movimiento de arriba hacia abajo, aún con aquel bulto pegado a su trasero.

—Pensé que los hombres mayores si podían controlarse, Sensei..
-Una forma tan neutral de decirlo, pero a la vez tan sugestiva y acompañada por sus propias acciones. Esa fue la señal de Shaun, para abandonar toda preocupación de lo que ella pudiera pensar-
—Ha de estar muy cansado, ¿Verdad..?

—... Ahí es donde te equivocas..
-Saeko ahogó su propio gemido, al sentir la fría mano del pelirrojo apretar y masajear una de sus nalgas-

Ese mismo calor que sentía, Saeko empezaba a recibirlo y corresponderlo. Surgió la vaga duda en el hombre, ¿Acaso ella habría hecho todo esto, a propósito para cuando él apareciera?

Da igual, ¿Qué importaba eso ahora? Tenía muchas mejores cosas en las que concentrarse.

O mucho peores, mejor dicho.

—¡Sensei, lo necesito aquí, por favor!
-La voz de Hirano en las escaleras convirtieron ese apretón de nalgas en un apretón de furia-

—(Hiranoooo...)
-Ahora si que estaba enojado con el maldito gordo Otaku-

—... Hay momento y lugar para todo, Sensei. Un día tal vez... Pero no será hoy..
-Ella volteó a mirarlo pícaramente-

Shaun simplemente no tenía palabras para decirle, se limitó a sentir por últimos instantes aquel trasero en su mano, antes de despegarse y subir muy a las malas por las escaleras. Menos mal que no tenía el puño americano en ese momento, porque sino ya lo hubiera estrenado con Hirano.

Hasta que escuchó el sonido de disparos... Fue ahí que aceleró el paso hasta llegar al balcon de la habitación, encontrándose con el gordito otaku.

No fue él, esos disparos fueron de escopeta, Hirano tenía el rifle..

—La situación es mala, Sensei..
-Shaun observó las calles, infectadas de aquellos caminantes no-vivos como si fueran una protesta-

Daddy's Home - High School of The Dead X OcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora