º~Una mañana olor a libros viejos~º

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Por fin era de mañana en la enorme mansión Todoroki, la luz natural del sol veraniego pasaba apenas a través del ventanal detrás del escritorio en su oficina, ya que el amanecer era evidente, el canto de las aves recién despertadas, despertaron ir...

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Por fin era de mañana en la enorme mansión Todoroki, la luz natural del sol veraniego pasaba apenas a través del ventanal detrás del escritorio en su oficina, ya que el amanecer era evidente, el canto de las aves recién despertadas, despertaron irónicamente a cierto hombre de cabellos pelirrojos, pero ahora su cabeza dolía como si esta estuviera a punto de explotar, nuevamente despertó con resaca, ni siquiera recordaba haber tomado tanto el día anterior, pero nuevamente vino a su mente la imagen de cierta chica peli dorada riendo.

En automático levantó su cuerpo de encima del escritorio, golpeando su cabeza contra su lámpara de oficina y provocándole otro dolor sumándose a la lista de los que de por si, ya cargaba, despegó su rostro de entre las enormes pilas de papeles, y sintió como un hilo de saliva se estiraba junto a su cachete, con desagradado pestañeó un par de veces para despabilarse por completo, y limpio con la palma de su mano su mejilla húmeda, pestañeó un par de veces más mientras aclaraba el sabor en su boca.

Confundiéndose aún más del hecho de haber salivado durante la noche, cuando lo usual en el era el hecho de ni siquiera abrir la boca, tan solo le había ocurrido un par de veces en toda su vida, eran ocasiones especiales en las que se relajaba tanto al dormir, que su cuerpo completo se destensaba y relajaba por completo, dejándolo dormir de aquella manera tan plácida, con algo de confusión en su rostro estoico, vino como un balde de agua fría sobre el, el recuerdo del día de locos que había transcurrido ayer, aunque cierto recuerdo nuevamente a molestar su paz, al venir a su mente la imagen de la chica rubia que conoció ayer con un leve sonrojo por la risa.

Moviendo su cabeza de lado a lado de manera desesperada por deshacerse de aquel recuerdo vergonzoso, decidiendo después de eso por fin levantarse de su silla de cuero, que por cierto no era nada cómoda para dormir, y camino fuera de la habitación, aún con el dolor de cabeza insistente como una punzada desagradable, miro al reloj que tenia colgado en su oficina y miro las manecillas negras moverse, '5:13 a.m.', era una hora perfecta.

Camino por el pasillo vacío y entro a su habitación, abriendo otro cuarto que se suponía era su closet, más por su tamaño fácilmente era un cuarto de estar común y corriente para cualquiera, eligió su cambio de ese día y lo puso sobre su enorme cama, solo el era lo suficientemente estúpido como para dormir en una incómoda silla de escritorio, a su cara y ortopédica cama, la cual no era por presumir pero era muy cómoda, a comparación de aquella desagradable silla, camino a paso tranquilo al cuarto de baño, en el que comenzó una rutina calmada de ducha y aseo personal, abriendo la regadera con agua por fin tibia.

Se quitó de encima la ropa del día anterior y la puso en el cesto de la ropa sucia, entrando para comenzar a tallar primero su cabeza con el shampoo, luego el demás cuerpo con la barra de aseo personal y asegurándose de tallar fuertemente todas las áreas de su gigantesco cuerpo, acabando en sus pies, los cuales también talló con fuerza, con facilidad se enjuagó el cuerpo y salió rápidamente de la ducha para secar su cuerpo completo con ayuda de una toalla enorme, pues como no, con la altura de aquel hombre era fácil que una toalla normal le quedara de servilleta.

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⏰ Última actualización: Aug 07 ⏰

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