CAPÍTULO 1 - LUNA CRECIENTE ROJA

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¡Feliz aniversario Akk!

Un cúmulo de globos de colores fueron lanzados contra el alto joven que atravesaba la puerta, custodiado por sus dos mejores amigos. El gran número de chicos que se encontraba en el lugar dispararon sus pistolas de agua, empapando al cumpleañero entre vítores acompañados de sus correspondientes ecos. La excitación provocada por la ingesta de los primeros tragos de alcohol y la efusividad propia de la camaradería intensificaba la energía de los chicos.

El año universitario había finalizado, por lo que los estudiantes estaban extasiados por haber finalizado temporalmente con sus obligaciones estudiantiles. Todos los presentes tenían experiencia en lo que implicaba estudiar en el campus, y algunos de ellos habían sufrido la deshonra de arrastrar asignaturas hasta el punto de incluso impedirles pasar al nuevo curso, por lo que el agotamiento resultaba acumulativo, y las vacaciones se convertían en la época más feliz de los muchachos.

El jolgorio que se había creado arrancaba alguna que otra sonrisa a Akk, a pesar de que el chico se encontrara exhausto por haber culminado su tercer año de psicología, donde las asignaturas más complicadas se habían reunido. Apenas había dormido en las últimas semanas intentando mantener su media para conservar la beca que había conseguido por sus altas notas, por lo que en un inicio se había reusado a acompañar a Khan y Wat a la supuesta fiesta que se estaba celebrando en casa del segundo.

Su único interés había sido dejarse caer muerto sobre su mullida cama del minúsculo apartamento próximo al campus en el que residía, y dormir durante todo el día, dado que aquel fin de semana era sus últimos días de libertad antes de reincorporarse en su trabajo vacacional en el hotel.

Pero, finalmente, había sucumbido a la perseverancia de sus amigos, especialmente de Khan, quien había insistido en que se habían visto poco las últimas semanas, siendo la razón por la cual Akk se encontraba en aquellos momentos en su fiesta de aniversario sorpresa.

¡Tienes que probar esto, amigo!

Khan le entregó un vaso tubular cuyo olor era intenso, haciendo que el aroma penetrara por las fosas nasales de Akk hasta dolerle la cabeza. Aunque el chico no era dado a la bebida a diferencia de su mejor amigo, no era necesario ser un sibarita en la materia para saber que la mezcla que le estaban entregando podría combustionar en cualquier momento.

¿Buscas envenenarme? —rio divertido Akk.

Yo sólo busco lo más y mejor para mi mejor amigo —dibujó un gesto solemne sobre su corazón—. Confía en mí, está riquísimo y hará explotar tu mente —sus manos golpearon entre sí para enfatizar sus palabras.

Ya —Akk rio—. Mejor paso —negó con su cabeza—. Te he visto vomitar demasiadas veces por beber demasiado como para querer incluso acercarme al alcohol.

Dañas mi corazón —afirmó con falsa ofensa, colgándose con mayor ahínco del cuello de Akk.

Unas manos se ciñeron a la cintura de Khan, y el cuerpo del deportista se alejó a regañadientes de su amigo, representándose ante ellos su novio.

Estás incomodándolo, Khan —lo abrazó el chico—. Ya sabes que a Akk no le gusta beber.

Y eso es algo que nunca entenderé de vosotros dos— se giró y le dio un beso fugaz a su novio.

Akk se alejó cuando la atención de Khan pasó a centrarse en su novio, disculpándose ante Wat para poder escaparse al baño.

Con el paso del tiempo, los cúmulos de personas lo agobiaban más que de costumbre. Suponía que el hecho de dedicar demasiado tiempo al estudio y al trabajo, y poco a socializar, habían tenido algo que ver, aunque Akk siempre había sido el estudiante perfecto, leal a las normas de la escuela y ajeno a las rebeliones propias de sus compañeros.

Sizigia  (AkkAyan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora