Prólogo.

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𓍯𓂃

𝐸𝑛 𝑒𝑠𝑎 𝑡𝑒𝑚𝑝𝑜𝑟𝑎𝑑𝑎 𝑎𝑧𝑢𝑙 𝑞𝑢𝑒 𝑝𝑎𝑟𝑒𝑐𝑒 𝑖𝑛𝑡𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑎𝑏𝑙𝑒
𝑁𝑜 𝒉𝑎𝑦 𝑛𝑎𝑑𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑜𝑏𝑠𝑡𝑟𝑢𝑦𝑎 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑣𝑒𝑛 𝑚𝑖𝑠 𝑜𝑗𝑜𝑠.

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Narrador omnisciente.

Era el primero de abril, el primer día de clases para muchas escuelas en Tokio, incluida la prestigiosa Escuela Técnica Jujutsu, que inauguraba un nuevo ciclo escolar. El clima del día era particularmente agradable, con la primavera en su apogeo, abrazando a los nuevos y viejos alumnos con una brisa fresca y un sol radiante.

La ceremonia para dar la bienvenida iba a comenzar en breves minutos, así que los alumnos estaban en filas organizadas esperando oir el mismo discurso aburrido de todos los años de su director.

En medio de la multitud, un gran bostezo se escapó de los labios de cierto peliblanco, quien cubrió sutilmente su boca con la mano mientras bostezaba.

Unos ojos púrpura miraban con curiosidad y diversión en dirección al somnoliento peliblanco.

-¿Tienes sueño, Satoru?- Preguntó el pelinegro junto a él, divertido de ver el cansancio de su amigo, una sutil sonrisa se formó en sus labios.

-Las ceremonias dan sueño, ¿No lo crees, Suguru?- El peliblanco respondió vagamente mientras observaba de reojo al pelinegro junto a él, su expresión era relajada y con una gentil sonrisa, pero sus ojos se veían cansados por la falta de sueño.

Satoru Gojo y Suguru Geto, ambos se conocieron en el primer año de secundaria, fue extrañamente sencillo para ellos formar una sólida y sincera amistad que los llevó a estar juntos hasta su segundo año en la preparatoria. Su vínculo se fortaleció con los años, convirtiéndolos en mejores amigos inseparables.

-¿Es eso o te desvelaste jugando videojuegos?- Suguru alzó una ceja y miró a su mejor amigo con una sonrisa divertida.

Ante esto, Satoru se rascó la nuca, algo avergonzado, pero sonrió de manera genuina sin verse arrepentido por haberse desvelado. Para Satoru, seguía siendo sorprendente cómo Suguru siempre daba justo en el clavo, siempre sabiendo lo que Satoru hace o no.

El peliblanco se pegó un poco más a su mejor amigo, dejando sus brazos a escasos centímetros de rozarse. Satoru tenía una expresión de fastidio fingida y Suguru suspiró al saber lo que el peliblanco diría.

-¿Por qué te desconectaste tan temprano? Pensé que jugariamos toda la noche.- Satoru le dio un suave codazo y las finas facciones de su rostro fingían indignación.

El peligro guío sus ojos púrpuras hasta cruzarse con los ojos azules de su mejor amigo, Suguru lo observó unos segundos en silencio antes de fruncir ligeramente el ceño.

-Hace una semana dijimos que este año no ibamos a desvelarnos si teníamos clases al día siguiente, ¿Ya lo olvidaste?- Suguru le devolvió el codazo y volvió a mirar hacia el frente.

-No...- Sí, él lo había olvidado. -Pero, aún asi ¿A quién le importan esas cosas?- Satoru habló de manera despreocupada, mientras guardaba sus manos en sus bolsillos.

Epifanía 𐦍༘⋆「SatoSugu」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora