Amor Bonito

Caputilo 4

El desayuno terminó en un silencio cómodo, interrumpido solo por el tintineo de los cubiertos. Dan parecía más relajado, aunque la sombra bajo sus ojos me hacía dudar de ello.

-Tengo que ir al gimnasio -dije mientras recogía los platos-. ¿Te sentirás bien solo por un rato?

El ambiente se tensó por un momento, pero luego asintió lentamente.

-Sí, yo también debería marcharme -dijo mientras se levantaba lentamente.

-¡No! Espera, no es lo que quise decir -la silla cayó de golpe al levantarse rápidamente, lo cual hizo que Kim Dan se sobresaltara y Yoon-gu se sintiera avergonzado por su reacción-. Puedes quedarte el tiempo que quieras -musitó avergonzado, frotándose la cabeza-. O al menos quédate hoy...

Esas palabras sonaban muy desesperadas.

-Pero si no quieres, no te voy a obligar -de su cabeza parecía salir humo, tal vez de tanto pensar. Estaba cabizbajo.

Dan soltó una pequeña risa que de pronto se convirtió en una carcajada, y milagrosamente también mejoró el ánimo de Yoon-gu.

Después de que el ambiente se aligerara un poco, Dan al fin pudo hablar.

-Sí, me quedaré. Quizás debería intentar dormir un poco.

-¡Buena idea! Descansa todo lo que necesites. ¡Volveré a la hora del almuerzo, no te preocupes por eso! -dijo Yoon-gu mientras dejaba los platos en el fregadero y se dirigía al baño para cambiarse rápidamente. Tenía que llegar en exactamente 30 minutos.

Mientras se lavaba la cara, no podía evitar pensar en la situación de Dan. Al principio no le caía tan bien, pero esos sentimientos habían cambiado por una gran admiración hace tiempo. O eso era lo que él pensaba.

Terminé de prepararme y salí de casa, asegurándome de que Dan estuviese acostado.

...

El entrenamiento fue intenso. Sentí cómo el estrés de los últimos días se evaporaba con cada gota de sudor. Mientras levantaba pesas y corría en la cinta, mi mente no paraba de pensar en Dan.

-¡Oye! ¡papa, concéntrate o ponte a limpiar los pisos que les hace falta! -llamaron la atención.

-Lo siento, lo siento -me incliné.

-Ya llevas tiempo acá y no tienes ningún progreso -gritó uno de los chicos-. Adem...

Un golpe en la cabeza lo hizo callarse.

-¡Dejen de estar parados como inútiles, pónganse a entrenar! ¡Esto no es un bar para que anden gritándose! -el entrenador.

Todos volvimos a lo nuestro y fui a buscar los utensilios de limpieza.

-¡Yoon-gu! -paré en seco y volteé en su dirección-. Cuando termines, ven a mi oficina.

-¡Sí!

Con eso dicho, volteó y se fue.

Comencé con la limpieza.

Terminé todo y me dirigí a las duchas. Mientras el agua caliente corría por mi cuerpo, recordé que hoy tenía dos trabajos por delante y antes de irme tenía que ir junto al entrenador, no podía perder mi tiempo bañándome.

Salí rápido de la regadera y revisé mi teléfono.

Tenía un mensaje de Dan: "Gracias por todo. Estoy descansando. Nos vemos luego."

Le respondí con un emoji de un bailarín.

Recogí todas mis cosas y me dirigí a la oficina.

Toqué la puerta.

-Pasa -estaba mirando fijamente la computadora y sin mirarme dijo-. Siéntate, tengo algo que decirte.

Hice lo que me pidió.

-Tienes una pelea en dos meses -dijo sin mirarme, luego respondió una llamada e hizo un ademán con el brazo para que me fuera-. ¿Alo? Jaekyung, ya sé, pero espera...

Dejé de escuchar y me levanté del asiento, todavía en shock.

-Papa-escuché a mis espaldas y volteé-. Felicidades y no olvides entrenar más.

-¡Sí, señor!