Capítulo 6: Un Momento Mágico

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Las luces de la ciudad de Seúl brillaban con un resplandor cálido mientras Minho y Chan caminaban juntos por el río Han. Era una de esas noches perfectas de primavera, cuando el aire estaba lleno de la fragancia de las flores y la brisa era suave y agradable. Decidieron tomar un descanso de sus respectivas vidas agitadas y disfrutar de la belleza del momento.

Mientras paseaban, las risas y las conversaciones se mezclaban con el sonido del agua que corría suavemente. Chan miró a Minho y se dio cuenta de lo feliz que estaba en su compañía. Los problemas y las preocupaciones parecían desvanecerse cuando estaban juntos, dejando solo la sensación de tranquilidad y dicha.

"Minho, ¿alguna vez has sentido que un momento es tan perfecto que desearías que durara para siempre?" preguntó Chan, sus ojos brillando con una mezcla de alegría y nostalgia.

Minho sonrió, asintiendo. "Sí, lo siento cada vez que estoy contigo. Todo lo demás parece insignificante comparado con estos momentos."

Caminaron un poco más hasta llegar a una pequeña colina que daba una vista panorámica de la ciudad. Las luces de los edificios reflejaban en el río, creando una escena que parecía sacada de un sueño. Se sentaron en la hierba, disfrutando del silencio compartido y la paz que les rodeaba.

"Es hermoso," susurró Chan, sin apartar la vista del horizonte.

"Lo es," coincidió Minho, mirándolo de reojo. "Pero lo es aún más cuando estoy contigo."

Chan sintió una calidez en su corazón que nunca antes había experimentado. Se volvió hacia Minho, sus ojos encontrándose en una conexión silenciosa pero poderosa. En ese momento, sin necesidad de palabras, ambos comprendieron la profundidad de sus sentimientos.

Más tarde esa noche, mientras regresaban a casa, encontraron un pequeño puesto de fuegos artificiales. Decidieron comprar algunos y lanzarlos en un lugar despejado cerca del río. Las explosiones de colores iluminaban el cielo, reflejándose en el agua y creando una atmósfera mágica.

"¡Mira ese!" exclamó Minho, señalando un fuego artificial que explotó en una cascada de luces doradas.

Chan rió, sintiendo una felicidad pura y simple. "Es increíble. No puedo creer que estemos aquí haciendo esto."

Se miraron, y en un impulso repentino, Minho tomó la mano de Chan. "Gracias por estar en mi vida, Chan. Estos momentos son los que hacen que todo valga la pena."

Chan apretó suavemente la mano de Minho, sus ojos brillando con emoción. "Yo también te agradezco, Minho. No sé qué haría sin ti."

Esa noche, mientras cada uno regresaba a su hogar, no podían dejar de pensar en lo especial que había sido su tiempo juntos. Aunque no habían revelado sus identidades secretas, habían compartido algo más profundo: una conexión mágica que los unía de una manera que pocas cosas podían.

Chan se quedó despierto un rato más, recordando la risa de Minho y la forma en que sus ojos brillaban bajo las luces de los fuegos artificiales. Minho, por su parte, se sintió abrumado por una sensación de paz y felicidad que hacía mucho no experimentaba.

Mientras ambos se deslizaban en el sueño, sabían que habían encontrado algo verdaderamente especial en el otro. Y aunque el futuro aún era incierto, se sentían seguros sabiendo que, sin importar los desafíos que enfrentaran, siempre tendrían estos momentos mágicos para recordar y sostener.

un secreto bajo la mascara//MINCHANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora