Danmachi - ¡Sistema de maná infinito! -HIATUS-

Capítulo 85

Tamaño del Capítulo: 1900 Palabras.]
POV Tercera Persona
Piso 37, Mazmorra.

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La atmósfera estaba cargada, el aire tan denso como el plomo como Lucius y sus aliados Xenos, una coalición de criaturas que alguna vez fueron temidas e incomprendidas, se reunieron en el umbral del Palacio Blanco. Este lugar, conocido como el hogar de Monster-Rex Udaeus, un formidable ser de nivel 6, ahora muestra una escena macabra. Udaeus, el gobernante indiscutible de este dominio, fue derrotado, su imponente cuerpo reducido a nada más que un cadáver devorado vorazmente por el Juggernaut.

Lucius, con su frente surcada en una mezcla de disgusto y determinación, observó atentamente al Juggernaut. La criatura era una abominación de la mazmorra, un monstruo que se alimentaba solo para evolucionar en ese momento. Con cada momento que pasaba, Lucius podía sentir la creciente amenaza; el monstruo que devoraba el cadáver de Udaeus bien podría estar ascendiendo a los terribles niveles 7 u 8.

A pesar de la tensión que se extendía a través de sus nervios, Lucius permaneció inquebrantable. A su lado, los Xenos compartieron una mirada de resolución mezclada con un toque de miedo para algunos. Sabían lo que estaba en juego, la amenaza que el Juggernaut representaba no solo para ellos, sino para toda la mazmorra, ya que el monstruo ahora parecía incontrolado.

El Juggernaut, en toda su monstruosidad, parecía sentir la presencia de los intrusos. Por un breve momento, levantó la cabeza de su comida grotesca, sus ojos ardiendo con una furia inhumana. Pero luego, con evidente desdén, volvió a centrarse en devorar a Udaeus, como si los observadores no fueran más que molestos mosquitos que pudiera cazar una vez que terminara su comida.

Lucius, sintiendo el desprecio del monstruo, apretó los puños. 'Ni siquiera nos está viendo como retadores.. Se está burlando de nosotros', pensó.

Lucius se volvió hacia sus compañeros, cada uno con sus propias habilidades y determinaciones, y asintió. Habían discutido esto, sopesado los riesgos y las consecuencias. Era hora de actuar.

Lyd, el líder del aliado de Xenos y Lucius, dio un paso adelante. Su postura generalmente relajada y amigable ahora mostraba una seriedad que rara vez se veía. Miró a su compañero Xenos, su voz cortando el silencio como una espada. "Vamos, ataque!"

Con un rugido colectivo de coraje y furia, los Xenos avanzaron. Sabían que se enfrentaban a una amenaza más allá de todo lo que habían enfrentado antes, pero la necesidad de proteger su hogar y sus queridos amigos era el canal para esta lucha.

El Juggernaut, sintiendo el enfoque de los atacantes, finalmente se levantó de su comida macabra. Su mirada, llena de un salvajismo que enfriaba la sangre, fijada en el grupo que avanzaba en su dirección.

Lucius, estratégicamente posicionado detrás de los luchadores más directos, centró su atención y poder mágico en Juggernaut. Sabía que sus rayos, aunque poderosos, serían solo una molestia para la criatura colosal, pero incluso una molestia podría crear una apertura para sus nuevos aliados. Con un gesto decisivo, lanzó un rayo continuo, que chocó con el Juggernaut, haciéndolo vacilar y desviar su mirada por un instante por el destello en la oscuridad, una oportunidad que Asterius y Erebus no dejaron pasar.

Asterio, con su espada en la mano, avanzó con la determinación de un antiguo guerrero, la espada cantando un himno de batalla mientras cortaba el aire hacia el monstruo. Erebus, con la fuerza bruta que emanaba de su imponente ser, entregó un poderoso golpe que reverberó con la energía de un volcán a punto de estallar. Por un momento, el Juggernaut fue rechazado, sorprendido por el ataque repentino y coordinado.