CAPITULO SEIS

1.4K 60 7
                                    

Chiara

Escupo mi protector bucal, tiró de las correas de mis espinilleras y dejo caer mi bastón en el césped.

— ¡Oliver! — Ruslana, la capitana de nuestro equipo, me da una palmada en la espalda— No quiero ver más bastones arriba. Casi decapitas a Salma. Cualquier mierda que te esté distrayendo, déjala dentro de los vestuarios —

Asiento con la cabeza y ella levanta la voz, dirigiéndose a todo el equipo.

— ¡Vamos a hidratarnos, chicas! Y acostarnos temprano, las veo mañana a las siete —

Las otras chicas comenzaron a charlar y salir fuera de la cancha, sacó mi botella de agua y me la meto directamente en la boca.

El aire frío del otoño congela el sudor que me pega la camisa a la espalda, pero no es suficiente para congelarme. Sé exactamente lo que me distrae.

Violeta lo hizo increíble anoche.

Magnifico.

Todavía puedo recordar como se veía cuando se corrió, su cabeza estaba inclinada hacia atrás, sonrojada, temblando y explotando contra mi boca. Juro aun que puedo saborearla.

Desde el momento en el que la vi el primer día de universidad quería tener mis manos sobre ella, pero nunca pensé que sentiría tanto después de tener sexo con Violeta.

Me cuelgo la bolsa de deporte en el hombro y salgo de la cancha, pensando mucho. Necesito ser cuidadosa, muy precavida con mi próximo movimiento. Estoy en grave peligro de tener sentimientos muy reales por mi amiga.

Recuerdo la mano de Violeta, deslizándose por mi pecho, fue el primer movimiento tímido que hizo para tocarme, mis muslos se aprietan ante el recuerdo.

Tuve que detenerla; no pude hacerle frente.

Estoy segura de que si dejo que me toque, las últimas barreras que tengo se romperán y me enamorare de ella. Qué es lo peor que puedo hacer. Incluso ahora, todo lo que quiero hacer es besarla de nuevo. Quiero abrazarla. Quiero acurrucarme a su suave y cálido cuerpo, quiero estar con ella todo el tiempo.

I'm playing with fire. Cuando llego a casa, toda asquerosa y cubierta de sudor, Violeta está en el salón. Se ha quedado dormida en el sofá de cuero, está acurrucada en una manta morada. Se ve tan linda que me quedo de pie mirándola durante unos segundos. Ella comienza a moverse.

— Estas mirando — murmura sin abrir los ojos.

— ¿Qué? —

Ella levanta sus brazos hacia mí, pidiéndome que me acerque.

— Estoy sudada — le advierto mientras me acerco. Ella niega con la cabeza y toma mis manos, tirándome con ella hacia el sofá.

— Hueles bien cuando estás sudada — murmura poniendo su rostro en la curva de mi cuello.

Violeta lleva unos pantalones cortos de pijama sedosos, su suave muslo se presiona contra mi pierna desnuda. Tomo un profundo respiro.

— ¿Adolorida? — pregunto. Ella me mira con los ojos entrecerrados.

— Cállate, guiri — responde.

It's a valid question!

— Estoy bien. Gracias. Sólo intento terminar de leer esto antes de irme a casa este fin de semana — bosteza y se acurruca como si fuera un gatito — Pero por mucho que lo intente me sigo quedando dormida —

— ¿Estás deseando que llegue tu cumpleaños? —

— Mmm... Será bueno ver a mi mamá. Sin embargo, probablemente sólo querrá hablar sobre lo que haré después de graduarme. Y eso es deprimente —

Private LessonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora