HANAHAKI. [Percival x Nasiens]

Prólogo

“¿Por qué su corazón le dolía de esa manera?”.

Gotas de sangre caían de su mentón ensuciando el suelo.

“¿Por qué le dolia tanto ver de esa manera a sus amigos?”.

Percival se aferraba más a Anne undiendo su cabeza en los pechos de la peli-azul.

“¿Por qué su corazón dolía de esta manera?”.

Apretó con mucha fuerza su pecho en la parte del corazón sintiendo como un inmenso ardor crecía.

“¿Por qué razón había comenzado a sangrar?”.

Mientras más veía aquella escena más el dolor aumentaba.

“¿Por qué...Por qué de repente escupía rosas?”.

.........

A mitad de la noche en Liones en el hogar del antiguo maestro Hendrickson, tocaban la puerta con tanta desesperación.

—¡Ya voy, ya voy!—. Un adormilado Hendrickson baja de las escaleras con una linterna de vela en sus manos.

Al terminar de bajar las escaleras se dirigió a la puerta de su casa.

—¿Quién podría ser ha estás horas?—. Se preguntó a si mismo el de ojos azules dejando la linterna en la mesa al lado de la puerta.

Abrió la puerta aún medio adormilado y al ver de quién se trataba y en el estado en que se encontraba no pudo evitar sorprenderse y preocuparse.

—¿¡Nasiens!?, ¿¡Que te sucedió!?—. Hendrickson dio unos pasos hacia atrás incrédulo de los que sus ojos estaban viendo.

El joven estaba sangrando por algunas partes de su cuerpo, de su boca salía sangre con pétalos negros, sus ojos color miel que estaban rojos de todas las lágrimas que había derramado, manchas moradas en su piel como si fueran moretones. Estaba completamente mal, se veía tan mal el pobre Nasiens.

—A-Ayu- *COF!* *COF!*—. Su voz era débil, comenzó a toser más fuerte sacando sangre y pétalos negros de su boca.

Cayó al suelo completamente débil y lo único que pudo alcanzar a escuchar fueron los gritos de preocupación del antiguo maestro Hendrickson.

........

«♪He Said♪».

Nasiens despertó sintiendo un gran dolor en su cuerpo, su vista aún estaba algo nublosa pero no lo suficientemente como para darse cuenta que las mayorías partes de su cuerpo estaban cubierta de vendas.

«♪Oh Mary,♪».

Hendrickson entró a la habitación con una libreta en manos, veía a Nasiens completamente sorprendido pues el joven llevaba tres dias inconsciente.